El Observador de la Actualidad

 

Periodismo católico para la familia de hoy

26 de noviembre de 2000 No. 281

SUMARIO

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Los hechos en torno a la CEM desmienten a los «especialistas»

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AL ALBA DEL MILENIO Reflexiones de otoño / IV

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EL RINCÓN DEL PAPA La Palabra, la Eucaristía y los cristianos divididos

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DILEMAS ÉTICOS ¿Quién puede más: los proyectos con dinero de por medio, o el hombre?

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Renuncia del papa Juan Pablo II, no; viajes apostólicos, sí

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CARTAS DE WARWICK De la auto-organización como explicación última

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 MIRADA CRÍTICA Marionetas de la audiencia

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El “porno” tocó a mi puerta

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PICADURA LETRÍSTICA Devaluación, gancho al hígado de los pobres

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MIRADA DESDE FRANCIA La guerra «santa»

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ORIENTACIÓN FAMILIAR Batalla por la obediencia

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PINCELADAS El fruto y la fuente

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Los hechos en torno a la CEM desmienten a los «especialistas»
No foxismo ni labastidismo, no relaciones privilegiadas con el próximo régimen, no clubes de Roma ni de Venecia, mucho menos revanchismo antiliberal: las preocupaciones episcopales son otras.
La CEM (Conferencia del Episcopado Mexicano) eligió a sus directivos para el trienio 2000-2003. El arzobispo de San Luis Potosí, monseñor Luis Morales Reyes, fue reelecto como presidente y se acabaron todas las especulaciones que deslizaron ciertos medios de comunicación y, particularmente, ciertos autoproclamados «especialistas en asuntos religiosos».

Cargos directivos y principales comisiones
Como resultado de las elecciones efectuadas el 16 del actual, los cargos directivos y las principales comisiones quedaron como sigue:

Presidente.- Luis Morales Reyes (San Luis Potosí).
Vicepresidente.- José Guadalupe Martín Rábago (León)
Secretario general.- Abelardo Alvarado Alcántara (México).
Tesorero general.- José Guadalupe Galván Galindo (Torreón).
Primer vocal.- Javier Navarro Rodríguez (San Juan de los Lagos).
Segundo vocal.- Ricardo Watty Urquidi (Nuevo Laredo).
Comisión de doctrina de la fe.- Lázaro Pérez (Autlán).
Comisión de educación.- Ramón Godínez (Aguascalientes).
Comisión de clero.- Ulises Macías (Hermosillo).
Comisión de cultura.- Rosendo Huesca (Puebla).
Comisión de seminarios y vocaciones.- Carlos Suárez (Zamora).
Comisión de pastoral juvenil.- Carlos Garfias (Ciudad Altamirano).
Comisión de pastoral indígena.- Héctor González (Oaxaca).
Delegado del episcopado mexicano ante el Consejo del Episcopado Latinoamericano (CELAM).- José Guadalupe Martín Rábago (León).


Ninguna «revancha histórica»
Monseñor J. Guadalupe Martín Rábago, en su primer declaración después de las elecciones, afirmó que la Iglesia católica no buscará la «revancha histórica» y tampoco quiere arrebatar posiciones de privilegio en la próxima administración. Ni es propósito de la Iglesia, agregó, volverse oposición al nuevo gobierno, aunque admitió que habrá ocasiones en las que el episcopado alzará la voz para reclamar «cuando tengamos que hacerlo».


Qué es la CEM
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) es la unión permanente de los obispos mexicanos para vivir la colegialidad en determinadas tareas de su cargo pastoral, a fin de conseguir el mayor bien que la Iglesia proporciona a los hombres. Se propone:
1.- Estudiar los problemas que inciden en la pastoral y buscar sus soluciones.
2.- Promover, con unidad de fines y de acción, las formas y métodos de apostolado que mejor convengan a las necesidades del país.
3.- Buscar y señalar la mejor manera de que sea más eficaz la actividad de los presbíteros y de los diáconos, de los religiosos y de los laicos en la única misión salvífica de la Iglesia, según su respectiva responsabilidad.
4.- Facilitar las relaciones con la autoridad civil y con otros organismos en casos bien determinados.
5.- Respaldar a las comisiones episcopales en asuntos de patrimonio o propiedades y en asesoría en asuntos determinados (fiscales o laborales)
Todos los elegidos en el seno de la CEM duran en su cargo tres años y no podrán reelegidos al mismo cargo después de dos trienios completos y consecutivos.

EL OBSERVADOR 281-1

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AL ALBA DEL MILENIO
Reflexiones de otoño / IV
Una economía responsable o el cambio del paradigma
1. Hasta el momento la libre concurrencia al mercado ha estado protegida, pero no «blindada» por la justicia. Ni todos los que concurren a ella tienen igualdad de oportunidades, ni todos sobreviven a base de la calidad de su producto o servicio. Al mercado —tal como lo conocemos— le sobra competencia y le falta caridad. En un texto reciente, Sistema versus Persona, don Carlos Llano Cifuentes llama poderosamente la atención sobre esto. Y pide tanto a la empresa como al gobierno las condiciones necesarias y suficientes para transformar el paradigma de la competencia sin piedad (donde sobrevive o el más fuerte o el más pillo) por la virtud de la colaboración. Se trata de una transformación urgente. Las zonas de exclusión a las que hemos confinado a la mayoría no tardarán en cobrar factura. Según Julio Boltvinik, ya son 74 los millones de pobres con los que cuenta nuestro país.
2. Para documentar nuestra ausencia de colaboración, simplemente basta echar una mirada a los datos que poseemos en materia alimenticia. Según la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos, cada día se tiran 17 mil toneladas de alimentos aptos para el consumo humano, porque no cumplen con las condiciones del mercado, porque se salen de la norma de la competencia. Además de que nuestro Legislativo no ha generado ninguna ley sobre donación altruista de alimentos, a muchos señores empresarios y comerciantes «les conviene» más tirar que donar. ¿Puede ser más conveniente la supervivencia de una empresa en el mercado que la de un niño? Racionalmente, no. Empero, así sucede.
3. Hay por ahí un dato espeluznante que tiene que ver con la leche, alimento básico para poder florecer como seres humanos. Pues bien, 20 millones de mexicanos no lo han probado jamás en su vida. El consumo anual de leche por familia es de 300 mililitros (cuando en 1989 era de 20 litros) y México es el país número uno en el mundo en lo que respecta a importación de leche en polvo: 130 mil toneladas durante 1999. Entonces, ¿dónde están esas toneladas métricas? En algún lugar oscuro del mercado anárquico, pero no en las mesas de los mexicanos más pobres.
4. Entiendo que desde afuera es fácil hablar así, aunque hablo como empresario interesado en el bien común, desde mi fe católica. Y suscribo las palabras de don Carlos Llano: ni de la sociedad ni de la empresa debieron sustraerse jamás los buenos viejos valores de la amistad, la solidaridad, la compasión y la tolerancia, «so pretexto de eficacia». (J.S.C.)

EL OBSERVADOR 281-2

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EL RINCÓN DEL PAPA
La Palabra, la Eucaristía y los cristianos divididos
«La Palabra, la Eucaristía y los cristianos divididos» fue el tema de la catequesis de Juan Pablo II durante reciente audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro.
El vicario de Cristo dijo que la reflexión trinitaria y eucarística nos lleva a «considerar ante todo el problema de la recomposición de la unidad entre los cristianos». En este sentido, evocó el pasaje de los discípulos de Emaús, que se alejan de la comunidad pero, tras el encuentro con Cristo resucitado cuando iban de camino, son capaces de reconocerle, sobre todo en el momento de «partir el pan». De este modo regresan a Jerusalén para reunirse con «los Once y los otros que estaban con ellos».
«Por la celebración eucarística del Señor en cada una de las iglesias, se edifica y crece la Iglesia de Dios, y mediante la concelebración se manifiesta la comunión entre ella», dijo el Papa citando el decreto sobre el ecumenismo. «La única mesa es signo y manifestación de la unidad». Por eso «las divisiones doctrinales existentes entre los discípulos de Cristo congregados en las diversas iglesias y comunidades eclesiales limitan la plena participación sacramental. Sin embargo, el Bautismo es la raíz profunda de una unidad fundamental que une a los cristianos a pesar de sus divisiones».
«Los límites en la intercomunión ante la mesa de la Palabra y de la Eucaristía —terminó Juan Pablo II— deben transformarse en un llamamiento a la purificación, al diálogo, al camino ecuménico de las Iglesias. Son límites que nos hacen sentir con mayor fuerza, precisamente en la celebración eucarística, el peso de nuestras heridas y contradicciones. La Eucaristía es de este modo un desafío y una provocación en el corazón mismo de la Iglesia para recordarnos el intenso, extremo deseo de Cristo: 'Para que todos sean uno'».

EL OBSERVADOR 281-3

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DILEMAS ÉTICOS
¿Quién puede más: los proyectos con dinero de por medio, o el hombre?
Sergio Ibarra
¿Qué tiene más valor: un socio o ganar un tanto más ? Y es que cuando uno la hace de socio, qué difícil es confiar o no confiar en el otro. Es la confianza un valor que fácilmente dejamos atrás. ¿No me cree? Veamos la historia de Juanito
Esta vez Juanito se hace socio. Como todo buen “empresario” se había desarrollado bajo la luz de un patrón, con quien trabajó de todo, la hizo de todo, y, al mismo tiempo, había acumulado experiencia en el manejo de productos para fumigar. Lo anterior le hacía parecer que él ya sabía todo lo que usted ha querido saber de cómo hacer negocios pero no se había atrevido a preguntar.
En una ocasión a Juanito se le apareció una oportunidad. Andando por ahí, nuestro ilustre personaje literalmente tropezó —como muchos mexicanos están esperando— con alguien que le dio la idea de cómo hacer negocio con eso que Juanito dominaba. De tal forma que llegaron a un acuerdo: ambos invierten en lo necesario para empezar el negocio, “Fumigaciones Juanito”. Como buenos socios, acordaron que las ganancias serían a partes iguales; como quien dice, todo va a “mitas”.
El socio, hábil para las relaciones y las ventas, rápidamente generó una buena cartera de clientes. Debo señalar que Juanito y su socio habían acordado hacer las chambas juntos, cobrar juntos y repartir las utilidades. De pronto, pasados ya unos meses de iniciado el negocio, el socio descubrió que Juanito había hecho unas chambas con los clientes. El socio fue a hablar con Juanito para ver que había ocurrido y, en todo caso, cumplir con el acuerdo: a “mitas”. ¿Y qué cree que le dijo Juanito a su socio? «Pero si tú no hiciste nada. ¿Por qué te voy a dar tu parte?». Malos pensamientos de Juanito, quien se dijo: «Si voy solo a atender a los clientes, fácil, me gano el doble».
El problema se hizo mayor porque, con todo lo que se había invertido, Juanito decidió dar atención independiente a los clientes. El socio, entonces, tomó su decisión; él ya había aprendido lo que Juanito sabía para las fumigaciones, así que decidió iniciar un nuevo negocio, pensando exactamente lo mismo que pensó Juanito: «Ahora me voy a ganar el doble».
¿Cuál es el dilema en la historia de Juanito, el fumigador?
Primero: ¿cuánto vale ganarme unos pesos más y acabar con un socio? ¿Qué le va decir Juanito a su esposa y a sus hijos sobre el final de esta importante relación?
Segundo: el socio de Juanito, ¿volvería a confiar en él?
Tercero: si usted fuera amigo de Juanito y se enterara de esto, ¿seguiría siendo su amigo?
Los valores hay que ponerlos en acción. Un socio es alguien especial en la vida de uno, y difícil es llegar a tenerlo y conservarlo. ¿Tiene usted algún socio? No olvidemos que, aunque parezca que nadie nos vea, como católicos sabemos que no podemos engañarnos a nosotros mismos. Es mejor hablar con la verdad. Así lo dijo Jesús en el Evangelio de san Juan: «Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». ¿Usted que haría?

EL OBSERVADOR 281-4

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Renuncia del papa Juan Pablo II, no; viajes apostólicos, sí
Siria, Ucrania, Armenia, Brasil y, quizá, hasta Corea del Norte y Rusia
Siria, Ucrania, Armenia, Brasil y, quizá, hasta Corea del Norte y Rusia

El primer sábado de noviembre el diario alemán Bild Zeitung publicó una noticia que enseguida fue reproducida en las primeras planas de los periódicos sensacionalistas del mundo: la dimisión de Juan Pablo II. Sin ningún fundamento, el medio informativo germano aseguró que el Pontífice anunciaría su renuncia a la cátedra de Pedro en la próxima Navidad.
El portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, ha declarado que tales revelaciones periodísticas carecen de todo fundamento. Y la mejor prueba de esto son los viajes que el Vaticano acaba de anunciar que están dentro de los planes apostólicos del actual vicario de Cristo: uno a Ucrania, que tendrá lugar en junio de 2001; otro a Damasco (Siria), lo más pronto posible, aún dentro del marco de la peregrinación jubilar de Juan Pablo II, tras las huellas de san Pablo; posiblemente otros más a Brasil y Polonia; incluso uno a Armenia, cuya Iglesia está cada vez más cercana a la católica, tanto que no debe descartarse una posible unión; y, por último, uno a Corea del Norte e incluso, si a la Iglesia ortodoxa se le ablanda el corazón, uno a Rusia.
Además de esto, Juan Pablo II ya tiene prácticamente llena su agenda de trabajo para el 2001, en la que destaca el Sínodo de los Obispos de todo el mundo.

Ucrania:
uno de los viajes más difíciles
El viaje de Juan Pablo II a Ucrania está programado para el mes de junio, y puede catalogarse como el más difícil de los que ha afrontado el pontífice en el antiguo bloque comunista.
La Ucrania católica vivió décadas en el anonimato. A pesar de ser mayoría entre sus cristianos, tuvo que ocultarse de las autoridades comunistas, que sólo aprobaban de manera sumamente controlada la existencia de la Iglesia ortodoxa rusa. Con toda propiedad pude decirse que los católicos ucranianos dieron forma a la auténtica Iglesia de las catacumbas del siglo XX.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha realizado un largo y paciente trabajo para resanar las heridas que surgieron entre católicos y ortodoxos tras la caída del régimen comunista. El camino de reconciliación tuvo una etapa importante en mayo de 1999, en Bucarest, cuando el abrazo entre el obispo de Roma y el patriarca Teoctist sirvió para superar malentendidos.
Pero aún existen muchas asperezas con el patriarcado ortodoxo de Moscú, que ha acusado en los últimos años a la Santa Sede de expansionismo en Ucrania. En particular, niega el derecho de los católicos de rito bizantino, más conocidos como uniatas, a recuperar propiedades que les había arrebatado el comunismo para beneficio de los ortodoxos.
Stalin, en 1946, decretó la eliminación de la Unión Soviética de la Iglesia católica de rito oriental, particularmente presente en Ucrania. Cristianos ortodoxos, en aquella ocasión, reconocieron el primado del Papa de Roma. La Santa Sede les acogió en el seno de la Iglesia católica y al mismo tiempo les permitió celebrar la liturgia de rito oriental, como lo hacen los ortodoxos. Pero algunos pastores ortodoxos, sobre todo tras la persecución comunista, ven esta presencia de católicos con su misma liturgia en sus mismas tierras como una especie de caballo de Troya.
Los católicos uniatas pagaron muy cara su fidelidad a Roma. Las parroquias, por orden de Stalin, pasaron a formar parte de la Iglesia ortodoxa. Los obispos y sacerdotes que no quisieron entrar en la Ortodoxia sufrieron la persecución, la cárcel, el asesinato o la deportación a Siberia.
El símbolo del sufrimiento de los uniatas fue el cardenal Joseph Slipy, arzobispo de Lviv, quien cinco meses y medio después de su nombramiento, el 11 de abril de 1945, fue arrestado por la policía soviética. Fue sometido a torturas y terribles interrogatorios y condenado a trabajos forzados en Siberia. En 1963, Juan XXIII logró liberarlo dirigiéndose directamente a Nikita Jruchov, secretario en ese momento del Partido Comunista de la Unión Soviética.
De este modo, el cardenal hizo resonar en el Concilio Vaticano II el grito de los católicos de rito oriental perseguidos.
Mijail Gorbachov, ex presidente de la Unión Soviética, promulgó una ley que reparaba las injusticias sufridas por los católicos uniatas, que hoy son unos cinco millones, y estableció que pudieran recuperar los edificios eclesiásticos que les habían sido expropiados según un criterio democrático: la Iglesia (católica u ortodoxa) que tuviese el mayor número de fieles en el lugar tendría derecho a su uso.


El viaje a Ucrania podría abrir las puertas de Moscú
Cuando viaje a Ucrania, el Papa será sometido a duras presiones, pero su actitud podría desempeñar un papel decisivo para el futuro de las relaciones con los ortodoxos, de modo que el viaje podría abrir (o cerrar) las puertas de Moscú a un viaje del pontífice.
Hace algunos meses la Iglesia ortodoxa rusa dejó muy claro que no era partidaria de una visita papal a Moscú. Sin embargo, monseñor Kasper, secretario del Consejo Pontificio para el Ecumenismo, opina que la Iglesia católica tiene enfrente una oportunidad única para el acercamiento con los ortodoxos.
«La Iglesia ucraniana vive ahora un momento de gran orgullo. Un pueblo que ha sufrido tanto ve en la visita de Juan Pablo II un signo de esperanza para el propio futuro», explicó Kasper. Y concluyó: «El Santo Padre tiene un gran deseo de encontrar al Patriarca de Moscú. Un paso previo podría estar justamente en la solución de las tensiones en Ucrania».

Católicos y armenios, a un paso de la unidad
Hace sólo dos semanas el patriarca de la Iglesia apostólica armenia, Karekin II, en la histórica visita que le hizo a Juan Pablo II en el Vaticano, renovó su invitación para que el Papa viaje a Etchmiadzin, sede del patriarcado de Armenia, con motivo de los 1700 años de la conversión del país al cristianismo, aniversario que se celebrará en el año 2001.
El punto culminante del encuentro fue una celebración ecuménica presidida por el Papa y el Catholicós de todos los armenios, en la basílica de San Pedro.
Durante el solemne rito el Papa rememoró los numerosos contactos que han tenido lugar entre la Iglesia católica y la Iglesia apostólica armenia, que sufrieron la separación hace ya mil 500 años por diferencias teológicas sobre la naturaleza de Cristo. Estas diferencias teológicas fundamentales quedaron superadas en 1996 por una declaración conjunta firmada por el papa Wojtyla y el predecesor del patriarca actual, Karekin I.

EL OBSERVADOR 281-5

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CARTAS DE WARWICK
De la auto-organización como explicación última
Francisco Porras
En las lecturas para escribir mi tesis me he encontrado con una serie de autores (Luhmann, Kooiman, Jessop) que hablan sobre la auto-organización como explicación última de lo que sucede en el universo. La intuición original de estas teorías —derivadas de la biología— es que todos los sistemas tienden a auto-regularse, y que el comportamiento espontáneo, lejos de seguir una gran gama de posibilidades, sigue un número relativamente pequeño de patrones. A grandes rasgos, son dos sus puntos de partida.
El primero es el del comportamiento de la conducta agregada. En una parvada ningún ave realmente guía al grupo mientras vuela. Sin embargo, siempre aparece un patrón inconfundible: la parvada vuela en una formación triangular que le permite eficientizar su energía. El comportamiento global resulta de reglas individuales muy sencillas. Lo que realmente “sabe” cada ave es que debe de volar lo más cerca posible a su compañera a una velocidad constante. Y, sin embargo, cuando vuelan en conjunto el patrón aparece como resultado de la agregación de conductas individuales. Pasa lo mismo en la economía: yo quiero comprar zapatos, y cuando voy a la tienda puedo encontrar zapatos que me gustan y de mi número, a pesar de que el zapatero no conoce de cuál calzo ni mis gustos. La conducta agregada de zapateros y clientes produce un sistema donde yo soy capaz de comprar zapatos que me gustan.
El segundo punto tiene que ver con la organización espontánea que aparece entre los diferentes patrones. Una ilustración muy buena de esto aparece en El mundo perdido, de M. Crichton. Explicando los últimos desarrollos de la teoría de la evolución, Crichton menciona cómo la evolución tuvo que suceder «en varios lugares a la vez» y de manera sincronizada para que pudiera dar por resultado una especie inteligente. Según las nuevas teorías, para que el hombre desarrollara la inteligencia no era suficiente tener un cerebro más grande, sino también que el periodo de gestación se redujera y que la sociedad humana desarrollara sistemas educativos. En efecto, si el hombre necesitaba un cerebro más grande, debía de nacer cuando su cerebro todavía no estaba completamente desarrollado, para que el niño pudiera pasar por el canal vaginal y así reducir los riesgos del nacimiento. Pero si el niño nace antes, necesita ser recibido por una sociedad que complete su desarrollo y lo proteja (a diferencia de otros animales, nuestro cerebro casi duplica su tamaño durante el primer año de vida). Si el cambio sucedía en el cerebro sin tomar en cuenta el periodo de gestación o la necesidad de la sociedad, los niños hubieran muerto junto con las madres. De la misma manera, un sistema educativo no podría lograr mucho sin un cerebro potencialmente superior. El cambio evolutivo debió ocurrir en varios lugares simultáneamente.
El argumento de los sistemas auto-organizados es que tales patrones son parte de un sistema mayor que es auto-referencial y auto-suficiente. El bio-sistema, entonces, debió auto-regularse para la producción de vida inteligente. Lo más interesante es que todo esto suena cada vez mas a teleología: el universo tiene un fin, una dirección. Esto, claro, no es usualmente la manera en que se interpreta en los círculos afectos a la teoría del caos. Para ellos, la auto-organización no es más que manifestación de ciertas leyes generales del universo. Pero tales leyes no son mas que la agregación de conductas individuales. Cuando he preguntado acerca del posible fin del universo o de la sociedad, mis profesores me han mirado con cara de extrañeza: simplemente la pregunta no tiene sentido para ellos porque su respuesta implicaría la existencia de un director u organizador final. A veces me asombro de la dificultad que algunos de estos brillantes hombres y mujeres tienen para aceptar una simple hipótesis: pues sí, puede ser que exista Dios.

EL OBSERVADOR 281-6

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MIRADA CRÍTICA
Marionetas de la audiencia
Santiago Norte
La frase del título es del sociólogo francés Pierre Bordieu, autor de un estudio canónico sobre la televisión. Y la dijo en contraposición a la postura de Platón, quien consideraba al hombre marioneta de la divinidad. De ser esclavos de la idea divina —como Platón pretendía que lo éramos— a ser esclavos de lo «mercadológicamente correcto» existe, creo yo, un enorme trecho: justo el que hemos recorrido las últimas cinco décadas en el mundo, especialmente en Occidente.
En un pequeño y hermoso libro del recién fallecido padre Peñalosa, Entrevista con Dios, Judas y una rosa, le preguntaba el entrevistador a una mariposa disecada: «¿Qué obstáculos encuentra el hombre para ser libre?». A lo que la imaginaria mariposa disecada (¡qué metáfora de la libertad entre barrotes!) respondía: «Los supermercados. Todo se lo dan masticado y digerido. Primero le planificaron el bolsillo, luego el cerebro, ahora hasta el estómago. Ya se acostumbró a los alimentos enlatados, llámense espárragos, anuncios o doctrinas. En cada esquina se topa con los supermercados de la política, los supermercados del arte, los supermercados de la cultura, No desgaste su libertad, nosotros elegimos por usted».
En efecto: hoy se elige por nosotros, es una muestra de nuestra libertad el que otros decidan lo que nos conviene pensar, ver y sentir. La marioneta no deja de ser invocada como la creación extrema de la modernidad: que nadie (ni tú) decida por ti, nosotros te vamos a ayudar a que elijas tu coche, tu casa, tu novio/a, tu espacio, tu carrera, en fin, tu vocación.
Vivimos la era del supermercado de proyectos vitales. Los proyectos son de otros, los que manejan los hilos de la marioneta. La marioneta, por definición, ni siquiera es dueña de sus hilos.

EL OBSERVADOR 281-7

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El “porno” tocó a mi puerta
Luis Miguel Rubín
Existen dos formas comunes de navegar: una en el mar y otra en internet. En ambas hay emociones y suspenso, pero también riesgos al no saber si llegarás a donde quieres (o a donde no quieres), como le ocurrió al joven ruso Sbirro, quien, tratando de escapar, navegó por más de cuatro horas en la misma dirección.
La pornografía en la televisión y en la red afecta a miles de niños y adolescentes en todo el mundo. Este jugoso negocio genera cada año ¡ocho mil millones de dólares!
Existen más de 3.5 millones de sitios pornográficos a los que acceden más de la mitad de los usuarios de la red; 9 de cada 10 niños que han visto escenas sexuales “fuertes” lo hicieron de forma accidental al buscar juguetes o marcas de ropa. Se calcula que existen más de 19 mil sitios que utilizan marcas populares para engañar a los menores.
El sexo cibernético provoca la adición sexual y ocasiona desórdenes psíquicos que fomentan, entre otras cosas, la pedofília. Este fenómeno ha crecido tanto que ahora existen organizaciones que defienden el derecho de los adultos de mantener relaciones sexuales con niños(as) y transmitir esas imágenes a través de internet. Estas personas sólo necesitan once segundos en un chat (plática virtual) para proponer una relación sexual a uno de nuestros hijos. Tan sólo en Estados Unidos uno de cada cinco adolescentes ha recibido una solicitud de esta naturaleza y sólo dos de cada diez padres lo saben. Las denuncias por comercio sexual en este medio se incrementaron de 133 casos en 1993 a mil 497 en 1997.
La pornografía virtual es una realidad que nos obliga a ponernos las pilas y buscar soluciones a corto y lago plazo. Superado ese obstáculo, hay que aprovechar las infinitas posibilidades que ofrece la red: enterarse del estado del tiempo que habrá para los próximos días; conocer las noticias del momento; obtener información sobre algún país —geografía, costumbres, moneda o lugares turísticos—; hacer una reservación de avión, autobús u hotel en cualquier lugar del mundo; tomar un curso de belleza; usar el correo electrónico; platicar con políticos o, simplemente, reírse con Catón. Esto es un pequeño ejemplo de las miles de opciones que existen en la red.
Éstas son algunas normas para el uso de internet en la casa: 1) Tener la computadora en un lugar visible a todos. 2) Nunca dar información personal por internet. 3) Jamás hacer citas con desconocidos 4) Establecer horarios de uso. 5) Utilizar programas que filtran sitios de violencia y pornografía.

EL OBSERVADOR 281-8

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PICADURA LETRÍSTICA
Existen dos formas comunes de navegar: una en el mar y otra en internet. En ambas hay emociones y suspenso, pero también riesgos al no saber si llegarás a donde quieres (o a donde no quieres), como le ocurrió al joven ruso Sbirro, quien, tratando de escapar, navegó por más de cuatro horas en la misma dirección.
La pornografía en la televisión y en la red afecta a miles de niños y adolescentes en todo el mundo. Este jugoso negocio genera cada año ¡ocho mil millones de dólares!
Existen más de 3.5 millones de sitios pornográficos a los que acceden más de la mitad de los usuarios de la red; 9 de cada 10 niños que han visto escenas sexuales “fuertes” lo hicieron de forma accidental al buscar juguetes o marcas de ropa. Se calcula que existen más de 19 mil sitios que utilizan marcas populares para engañar a los menores.
El sexo cibernético provoca la adición sexual y ocasiona desórdenes psíquicos que fomentan, entre otras cosas, la pedofília. Este fenómeno ha crecido tanto que ahora existen organizaciones que defienden el derecho de los adultos de mantener relaciones sexuales con niños(as) y transmitir esas imágenes a través de internet. Estas personas sólo necesitan once segundos en un chat (plática virtual) para proponer una relación sexual a uno de nuestros hijos. Tan sólo en Estados Unidos uno de cada cinco adolescentes ha recibido una solicitud de esta naturaleza y sólo dos de cada diez padres lo saben. Las denuncias por comercio sexual en este medio se incrementaron de 133 casos en 1993 a mil 497 en 1997.
La pornografía virtual es una realidad que nos obliga a ponernos las pilas y buscar soluciones a corto y lago plazo. Superado ese obstáculo, hay que aprovechar las infinitas posibilidades que ofrece la red: enterarse del estado del tiempo que habrá para los próximos días; conocer las noticias del momento; obtener información sobre algún país —geografía, costumbres, moneda o lugares turísticos—; hacer una reservación de avión, autobús u hotel en cualquier lugar del mundo; tomar un curso de belleza; usar el correo electrónico; platicar con políticos o, simplemente, reírse con Catón. Esto es un pequeño ejemplo de las miles de opciones que existen en la red.
Éstas son algunas normas para el uso de internet en la casa: 1) Tener la computadora en un lugar visible a todos. 2) Nunca dar información personal por internet. 3) Jamás hacer citas con desconocidos 4) Establecer horarios de uso. 5) Utilizar programas que filtran sitios de violencia y pornografía.

EL OBSERVADOR 281-8

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PICADURA LETRÍSTICA
Devaluación, gancho al hígado de los pobres
J. Jesús García y García
La forma en que funciona el capitalismo mexicano es
que se privatizan las ganancias y se socializan los costos.

NOAM CHOMSKY.

        Lógico: si dos o más personas o entidades analizan un mismo problema social las estadísticas que obtengan tendrán entre sí diferencias según el tamaño de la muestra empleada y conforme los parámetros y criterios empleados. Por ello llega a parecernos pachanga que hoy un periódico afirme que los pobres de México sumamos 45 millones, otro diga mañana que somos 35 y uno más sostenga al rato que somos 60 (vamos, hay cálculos de hasta 74). Uno se pregunta: ¿por fin, cuántos?
        Las divergencias en la medición de este problema empiezan al calificar a alguien de pobre: para algunos lo es el individuo de la población económicamente activa que no sobrepasa el ingreso equivalente a cinco salarios mínimos, al paso que, para otros, lo es quien, cuando mucho, alcanza los tres salarios mínimos. Personalmente creo que es pobre, de ahí para abajo, aquel que, sin dispendios (pues ¿de dónde?), se sostiene a sí mismo y sostiene a quienes de él dependen y al final no le queda remanente para ahorrar. Aquí entro yo y entramos muchos que acaso sumemos, con nuestras familias, los 60 millones más proclamados, incluidos quienes se encuentran en pobreza crítica y en pobreza solemne. Sesenta millones de mexicanos vulnerables a la pérdida inmediata e irreversible del poder adquisitivo que se deriva de una devaluación.
        En este «tiempo del cambio» los señores empresarios lanzaron una campaña, en la que todavía no cejan, para que el peso sea devaluado. La sana economía del país, dicen, lo exige. A este respecto usan los foros propios y los ajenos, compran espacio en los medios y conminan, instan y hasta ruegan. El tiempo les parece propicio, pues ¿no es cierto que los cambios políticos sexenales traen devaluación? Ahora es cuando: ¡abajo el pueblo! (bueno: el peso, abruptamente, y cuanto más, mejor). Después nos exhibiremos en alguna obra filantrópica de esas a las que aportamos un poquitito de lo muchotote que nos sobra, siempre más que las dos inútiles moneditas de la viuda. Por lo pronto, con el producto de nuestras exportaciones, aumentarán nuestros activos. Y algún día incrementaremos los salarios, no faltaba más; pero mientras tanto, todo el tiempo que se pueda (así sean unas semanas) nos beneficiaremos pagando lo mismo a nuestro personal, aunque con pesos devaluados. ¡La recuperadota que nos daremos así!
        Supongamos que hubiera un debate abierto y con mucha participación para aceptar o rechazar una devaluación mayor del peso mexicano (no la que resulta del más o menos controlado deslizamiento diario). ¿Quiénes votarían por el alza del dólar? ¿Los sesenta millones de pobres? Pero qué digo, ¿habría un puñado siquiera de individuos de esa extracción que quisiera ver notablemente reducido el poder adquisitivo de sus ingresos? Los abogados del quebranto del peso no pueden ser otros que ese 10% (o menos) de familias que manejan el 85% (o más) de la economía nacional.
        Con razón Mario Luis Pacheco Filella subraya el hecho de que, mientras Cristo nacía, alguien contaba sestercios en algún palacio cercano (¿Cercano? Aunque estuviera a tres metros de allí sería lejano.)

EL OBSERVADOR 281-9

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MIRADA DESDE FRANCIA
La guerra «santa»
Rolando García Alonso * / Para EL OBSERVADOR
Nos acercamos poco a poco a los dos meses del inicio de los afrontamientos entre Israel y Palestina. Como si quisieran contar con muertos los días, ambos bandos se esfuerzan en terminar la jornada cegando la vida de uno o más miembros del bando contrario, del bando enemigo.
No creo que sea fácil cicatrizar las heridas que se están abriendo día con día. Sembrar el odio hacia mi vecino no es la mejor apuesta para un futuro prometedor. Es más bien la entrada a un túnel sin salida, que aparentemente tiene efectos terapéuticos, pero no hace más que iniciar un autodestructivo círculo vicioso.
Me llamaron la atención las entrevistas que publicó el periódico francés Le Monde a finales del mes pasado. En dos páginas enteras pude leer el resultado del viaje de dos reporteros que se encontraron con varios intelectuales judíos y palestinos, todos por separado, para interrogarlos sobre el presente y sobre el futuro.
Resulta sumamente interesante descubrir a través de sus respuestas el espejo de dos visiones que contrastan, que se repelen y a la vez se saben íntimamente unidas.
Rescato de ese reportaje el comentario de un entrevistado judío que señala que «apostando por el Islam, Arafat busca granjearse el apoyo del mundo árabe, sin darse cuenta de hasta qué punto puede ser esto peligroso». En efecto, gracias a la televisión, pudimos ver a decenas de jóvenes encapuchados sosteniendo en alto su mano con el Corán abierto y un puñal como separador. El significado de su mensaje no puede ser más elocuente: el nombre de Alá sostiene nuestra lucha.
Al mismo tiempo, a varios miles de kilómetros de distancia, en el corazón del África negra, dos etnias separadas, entre otras cosas, por la religión, le lengua y el físico, nos recuerdan en Costa de Marfil los dramáticos acontecimientos de hace unos años en Ruanda. La etnia de los beté, del sur y cristiana, victoriosa en las elecciones, se lanza con inusitada violencia en contra de los norteños dioulas, musulmanes, que comparten con uno de los candidatos expulsados el mismo origen étnico. Hace unos días descubrimos fosas comunes con varias decenas de hombres y mujeres asesinados.
En estos lugares, como en Timor, en la India o en Kosovo, creer en otro Dios es causa suficiente para ser reo de muerte. A lo largo de nuestra historia y a lo ancho de la tierra, el hombre continuamente se ha servido del nombre de Dios para lanzarse a las más fúnebres y tristes acciones que pintan por doquier el relato del tiempo humano.
Cuando vuelvo a leer las Bienaventuranzas, descubro el mejor parámetro para saber cuándo podemos usar el nombre de Dios en contra de otro ser humano: NUNCA.
No existen las guerras santas. No han existido ni existirán. Quien pudo haber «santificado» la guerra, trayendo a sus legiones de ángeles para defender una vida inocente, prefirió decirle a Pedro: «Guarda tu espada», en medio del episodio más injusto de nuestra historia.
No existen las guerras santas. Para mí éste es un mensaje claro que no admite la interpretación; que, de haberse seguido con fidelidad, nos hubiera ahorrado tantos descalabros y sinsabores.
Sin embargo, como una luz en el camino, tenemos todo el futuro por delante.

EL OBSERVADOR 281-10

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ORIENTACIÓN FAMILIAR
Batalla por la obediencia
Yusi Cervantes Leyzaola
Tenemos problemas con nuestros hijos. Pareciera que, más que una relación familiar, la nuestra fuera una permanente batalla por ver quién tiene el poder, ellos o nosotros. La desobediencia parece ser la norma y el agotamiento el resultado. A veces usamos golpes y gritos; otras, por cansancio, los dejamos hacer lo que quieren. ¿Qué podemos hacer?

Lo primero que tienen que hacer es averiguar qué pasa con esos niños. Esa rebeldía puede ser una forma de manifestar alguna necesidad de atención — comprensión, cuidado, valoración, independencia...— insatisfecha en sus vidas.
Por otro lado, tienen que aprender a educar a sus hijos con disciplina, sí, pero también con flexibilidad, escuchando lo que los hijos tienen que decir. La disciplina significa tener normas claras y constantes —que no dependan del humor— y castigos que no sean arbitrarios, sino consecuencia lógica de los actos. Que los chicos aprendan a asumir las consecuencias de sus acciones. Los gritos y golpes no son una consecuencia lógica del mal comportamiento de los niños. Aquí, los padres necesitan ser lógicos y creativos. Disciplina no significa dureza. Generalmente se consigue más con amabilidad, con cariño, con ternura.
En cuanto a la flexibilidad, no hay que olvidar que la ley es para el hombre, no el hombre para la ley. Habrá circunstancias en que lo mejor sea pasar por alto la norma. Además que hay que ajustar las normas en la medida en que cambia la vida, en que crecen los hijos y se modifican las circunstancias. Debe haber reglas iguales para toda la familia, incluidos los padres; pero también reglas adecuadas a cada uno, según la edad y las responsabilidades.
Es muy importante escuchar a los hijos. Si en algo no obedecen, tal vez tienen una opinión al respecto y podemos tratar de llegar a un acuerdo razonable.
Finalmente, no vale la pena entablar esas batallas. La firmeza no significa estar encima de los hijos. Si no cumplen con lo que tienen qué hacer, sencillamente tienen que asumir las consecuencias. Sin gritos, sin enojos, serenamente.
No es fácil, es cierto, pero es posible.Y no se olviden de darles cinco mensajes positivos por cada negativo. Que al final del día hayan dicho más veces: te amo, lo hiciste bien, bravo... que órdenes, quejas y regaños.

Cómo acercarnos a los hijos*
1.- Observarlos, viendo y disfrutando su crecimiento, y procurándoles lo necesario para que se desarrollen bien.
2- Pedirles perdón y perdonarlos cuantas veces sea necesario, acogiéndolos con un cambio de actitudes.
3.- No aconsejarlos en forma teórica, sino vivencial.
4.- Ponernos en su lugar.
5.- No darnos por ofendidos por acciones suyas.
6.- Tener firmeza en el propio sentido de los valores.
7.-Hablarles siempre con la verdad, en forma adecuada a su edad y circunstancia, pero sin deformarla.
8.- Compartir nuestras experiencias de vida cotidiana.
9.- Interesarnos en sus cosas, en su salud, sus proyectos y anhelos. Apoyarlos en lo que consideremos adecuado hacerlo. Hay que escucharlos y dedicarles tiempo.
10.- Acariciarlos en la medida justa que ellos necesitan.

*Resumido de un artículo de Marta y Víctor Huacuja

EL OBSERVADOR 281-11

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PINCELADAS
El fruto y la fuente
Justo López Melús *
Si buscamos las cosas donde no están, seguro que no las encontramos. Si las llaves están «en el fondo del mar», hay que ir allí a buscarlas, y no al firmamento. Si las estrellas están en el firmamento, hay que ir allí a buscarlas, no al fondo del mar. «¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos» (Mc 7, 16). De otro modo, trabajaremos mucho y no conseguiremos nada. Será un trabajo inútil y falto de lógica.
Eso le sucedía a una señora que se acercó a una fuente a recoger agua. Cuando sumergió el cántaro, vio en la fuente un hermoso fruto rosado. Intentó cogerlo, pero desapareció. Apenas retiró la mano, volvió a aparecer. Y así varias veces. Siguió sacando agua, y apenas sacó toda, desapareció. Entonces oyó un pájaro sabio que le decía: «No busques el fruto abajo. Está allí arriba». Levantó la vista y descubrió, colgado en una rama, el fruto que se reflejaba en la fuente.

* El autor es Operario Diocesano en San José de Gracia de Querétaro.
(FIN)

EL OBSERVADOR 281-12

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