El Observador de la Actualidad

EL OBSERVADOR DE LA ACTUALIDAD
Periodismo católico para la familia de hoy
20 de julio de 2003 No.419

SUMARIO

bulletPORTADA - Aborto y salud de la mujer: Un caro precio
bulletCARTAS DEL DIRECTOR - El costo de la corrupción electoral acumulada
bulletEL RINCÓN DEL PAPA - Nuestro bien más grande es unir nuestra voluntad a la del Padre
bulletAL PASO DE DIOS - Siempre servidores
bulletDESDE EL CENTRO DE AMÉRICA - Carta a mis amigos
bulletINTIMIDADES – LOS JÓVENES NOS CUENTAN- Miedo a vivir
bulletPINCELADAS - Sólo el amor nos alumbra
bulletREPORTAJE - Breve introducción a la acción diabólica
bulletJÓVENES - La Jornada Mundial de la Juventud Colonia 2005 ya tiene su página web
bulletCULTURA - El círculo vicioso: a gobierno corruptor, pueblo corrompido-corruptor
bulletGRANDES FIRMAS - Ecce homo
bulletPICADURA LETRÍSTICA - Isabel, olor de santidad

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PORTADA
Aborto y salud de la mujer: Un caro precio
Altos índices de cáncer de pecho e infertilidad, según datos médicos

Los efectos del aborto sobre la salud de las mujeres son tema de encendido debate. El asunto fue discutido a inicios de este año por un grupo de 100 científicos expertos, reunidos por el National Cancer Institute del gobierno federal de Estados Unidos. La mayoría de los participantes opinaban que una mujer que termina con su embarazo no hace frente a grandes riesgos de cáncer de pecho.

Pero esta reunión no puso fin al debate. La Cámara y el Senado de Texas han aprobado una ley que manda a los doctores informar a las mujeres que quieren abortar sobre el nexo entre el procedimiento abortivo y un aumento del riesgo de cáncer de pecho. La Women's Right to Know Act del estado obliga a quienes realizan el aborto a informar a las mujeres verbalmente o por escrito del riesgo potencial de aborto-cáncer de pecho, además de sobre todos los demás problemas asociados con el aborto y el embarazo.

Ha levantado críticas la falta de claridad de los expertos reunidos por el National Cancer Institute. Karen Malec, presidenta de la Coalition on Abortion/Breast Cancer, en un artículo cita numerosos estudios que identifican el nexo entre aborto y cáncer de pecho. Observaba que en 1973, el año en que fue legalizado el aborto en Estados Unidos, la incidencia de cáncer de pecho era de 82.6 por cien mil, y era considerado una enfermedad de las mujeres mayores. En 1998 la incidencia de cáncer de pecho había aumentado en más de un 40% hasta los 118.1 por cien mil, y se había convertido en una enfermedad de las mujeres jóvenes.

El libro «Women's Health After Abortion» (La Salud de las Mujeres tras el Aborto) de Elizabeth Ring-Cassidy y Ian Gentiles, se basa en la información contenida en más de 500 libros y estudios científicos publicados durante los últimos 20 años. Este libro observa que, de 14 estudios llevados a cabo en Estados Unidos, 13 mostraban un aumento en el riesgo de cáncer de pecho en las mujeres que habían abortado. A nivel mundial, 27 de 33 estudios muestran un aumento del riesgo.

«Derecho a saber»

El cáncer de pecho no es el único problema médico asociado al aborto. «Women's Health After Abortion» informa de que también se asocia el aborto con el embarazo ectópico, la perforación uterina, la enfermedad inflamatoria pélvica, cánceres del sistema reproductivo, e infertilidad. Existen algunos «elementos dentro de la institución de investigación y médica según los cuales la consideración suprema parece ser preservar la imagen del aborto como algo simple, seguro y fácilmente disponible para las mujeres», informa el libro. «Si existe un derecho a elegir, también existe un derecho a saber», añade. Otro problema es el impacto del aborto en los embarazos que vengan después.

El peligro a la salud puede llegar al punto de causar la muerte. El índice de mortalidad materna es cuatro veces más alto, tras el aborto. Esto contradice la idea ampliamente repetida de que el aborto es más seguro que el parto.

Dolor acallado

El daño del aborto no se limita a los efectos físicos. El trauma psicológico puede afectar a las mujeres durante muchos años tras un aborto. Uno de los últimos estudios que examinan esta cuestión es el de Teresa Burke, fundadora de Rachel's Vineyard, organización de asistencia curativa tras el aborto, llevado a cabo en colaboración con David Reardon, director del Elliot Institute. En su libro, «Forbidden Grief: The Unspoken Pain of Abortion» (Pena Prohibida: el Dolor no manifestado del Aborto), relatan los traumas sufridos por muchas mujeres, y ofrecen consejo sobre cómo superar estos problemas.

Muchas mujeres, observa el estudio, ni anticipan ni entienden la severidad de los problemas que pueden llegar a sufrir. El aborto no puede simplemente «hacer retroceder el reloj», haciendo volver a las mujeres al momento anterior a estar embarazadas, explican los autores. Mientras puede tener un sentido de liberación a corto plazo, un aborto siembra semillas de problemas a largo plazo.

El aborto, explica el libro, toca tres temas centrales del concepto que tiene de sí misma una mujer: su sexualidad, su moralidad y su identidad maternal. También implica la pérdida de un hijo. «Pocas mujeres identifican todos estos problemas antes de abortar», escriben los autores. Estos problemas sin resolver suelen salir a la superficie más adelante, afirman.

Un factor que contribuye a estos problemas es que la mayoría de los consejeros de las clínicas abortistas promueven la falsa expectativa de que, con el aborto, hay pocos riesgos psicológicos, si no ninguno. Una razón de esto, afirman los autores, es el interés financiero de la clínica en vender los abortos. El verdadero precio de la intervención, trágicamente, puede no ser evidente hasta que es demasiado tarde.

EL OBSERVADOR 419-1

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CARTAS DEL DIRECTOR
El costo de la corrupción electoral acumulada
Por Jaime Septién

El derroche de nuestras elecciones tiene mucho que ver con la presión que ejercen los medios electrónicos en las campañas ante los partidos políticos. En números redondos, mientras México se gasta (en recursos públicos por elección) 461 millones de dólares, el promedio de países como Francia, Brasil, Argentina, Estados Unidos o Chile es de 41 millones de dólares. Por consiguiente, el gasto por elector es de siete dólares a uno, y el tiempo de campaña de 109 contra 50 días en promedio.

Es, por así decir, el costo de tantos años acumulados de corrupción electoral. Porque fue corrupción y no otra cosa que el gobierno (hasta mediados de los noventa) fuera juez y parte en los procesos electorales. Porque fue (y sigue siendo) corrupción y no otra cosa el monopolio al que entregó los medios electrónicos, en especial la televisión, que se manejan como dádivas del Ejecutivo a quien lo sirva y lo endiose. Porque fue corrupción y no otra cosa haber creado tantos flancos abiertos de invasión del dinero negro en las tareas propias del gobierno.

Éstas son las causas de que las campañas políticas nos salgan tan estúpidamente caras, lo mismo que los institutos encargados de ordenar el desbarajuste ignominioso que se entregó a fines del siglo XX como nación y como democracia apenas balbuciente. Hay, pues, que reducirlas a su mínima expresión. Me refiero a las campañas, pero también a las canonjías con que hemos dotado a los partidos, convertidos hoy en negocios personales o familiares, con alto rendimiento y sin ninguna responsabilidad ni transparencia en el manejo de recursos que se les otorgan a manos llenas. También bajarle al gasto de los institutos electorales.

Acortar las campañas y acotar el tiempo de televisión comercial disponible para los partidos puede ser el principio del fin del dispendio. Hacer campañas de dos meses de duración y empezar a reducir el financiamiento público de los partidos, para que sepan colocar su propaganda en medios más baratos y menos ofensivos para un país como el nuestro con 60% de la población en niveles de pobreza. Por otra parte, podría elevarse el mínimo requerido para sostener el registro (5% de los votos, por ejemplo) y reducir los diputados plurinominales (si es posible a cero, pues a cero). Con ello estaríamos ahorrando una muy buena cantidad de dinero al gobierno y dando confianza a los que pagamos impuestos. A lo mejor hasta estaremos asegurando competencias de mayor altura intelectual (acaso moral) que las que ahora tenemos.

Las elecciones son las oportunidades del ciudadano para ejercer su soberanía sobre el gobierno. Son los momentos más claros para mostrarnos a nosotros mismos las armas del público, la soberanía del público. Pero si las hemos visto como una avalancha de comerciales mercantiles, muy poco estaremos adiestrados para ejercer nuestra ciudadanía. Es el problema de trivializarlo todo, como hace la televisión, a la que le hemos entregado todo, hasta la democracia misma.

EL OBSERVADOR 419-2

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EL RINCÓN DEL PAPA
Nuestro bien más grande es unir nuestra voluntad a la del Padre

Juan Pablo II comentó en audiencia general el salmo 142:

«Es el último de los llamados 'salmos penitenciales', que forman parte de las siete súplicas distribuidas en el Salterio (salmos 6, 31, 37, 50, 101, 129 y 142). La tradición cristiana los utiliza para invocar del Señor el perdón de los pecados.

«El salmo comienza con una intensa e insistente invocación dirigida a Dios, fiel a las promesas de salvación ofrecidas al pueblo. El orante reconoce que no tiene méritos que hacer valer y, por tanto, pide humildemente a Dios que no asuma la actitud de un juez. Después describe la situación dramática, como la de una pesadilla mortal, en la que se debate: el enemigo, que es la representación del mal en la historia y el mundo, le ha llevado hasta el umbral de la muerte. Ahí está, postrado en el polvo de la tierra, que es una imagen del sepulcro; presenta las tinieblas, que son la negación de la luz, signo divino de vida; y menciona a 'los muertos ya olvidados', entre los cuales le parece que ha quedado relegado.

«Al fiel, aterrado y pisoteado, sólo le queda el movimiento de las manos, que se levantan al cielo en un gesto que es al mismo tiempo de imploración de ayuda y de búsqueda de apoyo. Sintiendo que se le escapa la vida, lanza su grito a Dios: Escúchame en seguida, Señor, que me falta el aliento'. Es más, tiene miedo de que Dios haya escondido su rostro y se aleje, abandonando y dejando sola a su criatura. La desaparición del rostro divino hace que el hombre se hunda en la desolación, es más, en la misma muerte, pues el Señor es el manantial de la vida. Pero el orante también manifiesta una profunda aspiración espiritual: 'Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tú eres mi Dios'. Tenemos que asumir esta admirable petición. Tenemos que comprender que nuestro bien más grande es la unión de nuestra voluntad con la voluntad de nuestro Padre celestial, pues sólo así podemos recibir todo su amor, que nos lleva a la salvación y a la plenitud de la vida. Si no es acompañada por un intenso deseo de docilidad a Dios, la confianza en Él no es auténtica».

EL OBSERVADOR 419-3

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AL PASO DE DIOS
Siempre servidores
Por Mons. Amadeo Rodríguez Magro

Estoy convencido de que los seres humanos nos sentimos atraídos en todo momento por el amor de Dios, aunque esto no se vea reflejado en nuestras conductas; y también creo que todos nacemos para vivir en fraternidad con los demás, aunque esto se vea desmentido tantas veces por nuestro modo de actuar. La vida ciertamente transcurre en manos de Dios y el mejor modo de expresar esa inmersión en el regazo paterno es el servicio al hombre.

Vivir atentos a las necesidades humanas, hasta ser verdaderamente expertos en las cosas de nuestros semejantes, para servirles, es el modo más digno de vivir, porque es el que más agrada a Dios. Para los cristianos, y especialmente para quienes han sido llamados a algún ministerio en la Iglesia, no hay otra forma mejor de vida que la de imitar a Nuestro Señor Jesucristo, que vino a compartir nuestra condición humana, es decir, por nosotros los hombres y por nuestra salvación. A nuestro alrededor, en efecto, hay muchas necesidades humanas que han de ser atendidas; y las hay espirituales, patentes o latentes, que hay que acompañar con el agua que apague su sed de Dios. Tampoco faltan las situaciones sociales, que hay que atender, la mayoría de las veces sin más recursos que una presencia fraterna y solidaria. Y, aunque en ocasiones lo desmientan las apariencias, abundan en nuestro mundo aspiraciones nobles, limpias y auténticas, que han de ser encauzadas hacia el Bien y la Verdad.

EL OBSERVADOR 419-4

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DESDE EL CENTRO DE AMÉRICA
Carta a mis amigos
Por Claudio de Castro S.

Hoy es mi cumpleaños. Nunca pensé que el buen Dios me daría esta vida tan larga y hermosa. Pero Él es así, maravilloso. Me concedió una familia en la que me siento amado y seguro, la certeza de la fe y un tiempo para hacer las cosas. Dicen que el tiempo es lo más valioso que poseemos, y yo lo creo. La pregunta es: ¿Qué haré con lo que me queda? Primero, pediré perdón a todos cuantos haya ofendido o molestado, casi siempre sin quererlo, por mi forma de ser. Y empezaré por ustedes. Pidiéndoles de corazón que me perdonen si alguna vez los ofendí.

Todos los años me preparo anticipadamente para mi cumpleaños. Procuro hacer una buena confesión una semana antes y luego participo de la santa Misa y hago propósitos que espero cumplir a lo largo de los doce meses. No es fácil, y no siempre lo logro. Pero, como lo anoto en papeles que luego escondo, siempre voy encontrando alguno y renuevo estas metas.

¿Quieren saber la verdad? Lo que más deseo, lo que anhelo, por lo que cambiaría todos mis logros, es esto : tener contento a Jesús. Si el día de hoy se me apareciera y me preguntara: «Dime, Claudio, ¿qué deseas que pueda darte?» Le respondería sin dudarlo: «Te quiero a Ti. No pido más».

Ya lo sé, a veces soy un poco diferente a los demás. No imaginas cuántas veces me lo han dicho. Pero no puedo evitarlo. Por dentro llevo un fuego que me consume, que me impulsa a escribir y hablar de Jesús. Es como si una voz interior me urgiera diciendo: «Escribe».

Viendo mis libros, una dulce monjita me pregunto ayer: «¿Por qué escribe?» Y le respondí: «Porque alguien tocó mi corazón».

Cualquiera podría decirme: «¿Acaso te crees un santo?». Recuerdo la respuesta que alguien dio a una pregunta similar: «Todos somos santos en camino». Ojalá fuera santo y ojalá lo fueras tú también. Porque la santidad no es otra cosa que amar mucho, profundamente a Dios y a los demás.

¿Qué más deseo? Quisiera tener un corazón de niño. Disfruto mucho viendo a los niños. Me hacen comprender por qué Jesús nos dijo que de ellos es el Reino de los Cielos.

Quisiera ser misericordioso, para recibir la misericordia de Dios y pasar la eternidad a su lado. ¿Por qué? Porque lo quiero mucho. Ha sido siempre un Padre bueno conmigo y con todos los que he conocido.

Alguien podría decirme: ¿Para qué piensas estas cosas si te quedan muchos años de vida? Sé que probablemente así será. Pero la vida apenas es un suspiro. Y yo quiero que este suspiro sea todo lo que me resta, haciendo algo bueno, que valga la pena, para Él y por Él.

Ahora, que el día empieza, me iré a Misa, procuraré confesarme y comulgar. Le contaré todos mis sueños a Jesús. Le diré cuánto lo quiero y le daré las gracias por las maravillas que ha hecho por la humanidad entera.

Ya lo ven, amigos míos, hoy es mi cumpleaños; por eso haré lo que más disfruto, pasarlo en familia, estar con ustedes y estar con Jesús.

EL OBSERVADOR 419-5

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INTIMIDADES – LOS JÓVENES NOS CUENTAN-
Miedo a vivir
Por Yusi Cervantes Leyzaola

PREGUNTA:
Soy una chava muy depresiva y creo que he llegado al tope. Mi mejor amiga se fue lejos y desde entonces me siento sola. Seguido estoy pensando en el suicidio; pero lo que me mantiene viva es que, a pesar de todas mis broncas, la gente con problemas me busca mucho, y aunque yo misma no pueda resolver mi vida, me he dado cuenta de que, sin querer, muchos de ellos han salido adelante tan sólo con el hecho de que alguien los escuche. Siempre me ha gustado ayudar a la gente y más si tiene problemas, pero yo misma no me siento a gusto con la carrera que estoy estudiando. Hace mucho tiempo que no tengo una razón que me motive a vivir. Nunca he estado muy segura de lo que quiero. Creo que mi mejor amiga es la persona que me mantenía de pie. La extraño mucho, pero sé que ya no está aquí. Sólo que cuando llego a querer mucho a alguien me cuesta mucho trabajo desprenderme de esa persona. Hace poco me espanté porque me identifiqué con un trastorno de la personalidad del que leí en el internet, o sea que no estoy muy segura. Tengo mucho miedo de echar a perder mi vida por mi falta de decisiones. Muchos de mis amigos dicen que parece que tengo miedo a vivir.

RESPUESTA:
Tienes miedo a vivir y, sin embargo, no puedes evitar estar viva. Ayudas a la gente, tienes amigos, estudias —aunque no te guste tu carrera—.

Verdaderamente espero que hayas llegado al tope de tu depresión para que por fin decidas salir de ella. Otra forma de decirlo sería qué ojalá hayas tocado fondo, que estés harta de estar deprimida y que decidas una sola cosa por el momento: sanar. Ya luego vendrán las otras decisiones.

La depresión es una enfermedad. No sé si fue sobre esto que leíste en el internet, pero no te espantes. Es una enfermedad emocional curable. Puedes salir de esto, pero necesitas tratamiento. Hay un montón de cosas que necesitas hablar con un psicólogo, y tal vez necesites también tomar medicamentos durante algún tiempo (éstos tendría que recetártelos un psiquiatra). En todo caso, necesitas ayuda profesional. No tiene sentido que sigas luchando sola con esto.

Por lo pronto, lo que desde aquí puedo decirte es que necesitas ya no buscar tu bienestar emocional fuera de ti. La razón que puede motivarte a vivir está en tu corazón, en la certeza de que Dios te ama y de que es maravilloso ser tú misma. Ya después tomarás decisiones sanas y buenas para ti.

Hablo de decidir salir de la depresión y tal vez esto te parezca absurdo, como si te dijera que no sales de esto porque no quieres, pero no es así. Yo sé lo difícil que es superar la depresión, pero también sé que es posible encontrar un impulso vital dentro de ti y que tienes la capacidad de aplicar tu voluntad para salir de este pozo profundo en el que te sientes. Además de la ayuda psicológica que necesitas, y aunque no tengas ánimo, acércate a tus amigos. Busca también un sentido para tu vida. Y muy especialmente, acércate mucho a Dios: que Él sea tu fortaleza. Cuida de ti misma: ese es tu primer deber. No se trata, de entrada, de que desaparezca ese miedo a vivir del que hablas. Se trata de que vivas, de que tengas verdadera vida, pese al miedo.

La psicóloga Cervantes responderá las preguntas que le envíen a la dirección de El Observador: Reforma 48, apdo. 49, Santiago de Querétaro, Qro. C.P. 76000; o que se le hagan al teléfono 228-02-16. Citas al 215-67-68. Correo electrónico:
cervleyza@msn.com

EL OBSERVADOR 419-6

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PINCELADAS
Sólo el amor nos alumbra
Por Justo López Melús *

Decía Newman que tener fe es ser capaz de soportar dudas. Por eso rezaba así: «Señor, no te pido que me muestres el lejano horizonte. Me basta con un paso».

Es decir, que la fe no es una solución para descansar, es más bien una luz para buscar la solución.

Porque existen bellezas reales, pero sólo un ojo limpio las encuentra. El enamorado descubre maravillas y bellezas que no se ven si se mira con frialdad. Éste es el sentido de la frase: la belleza reside en el ojo de quien contempla. Rosales lo expresa bellamente:

De noche vamos, de noche,
de noche vamos sin luna,
que para andar el camino
sólo el amor nos alumbra.

* Operario Diocesano en San José de Gracia en Querétaro.

EL OBSERVADOR 419-7

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REPORTAJE
Breve introducción a la acción diabólica
Deformada por la creencia popular, la literatura efectista y el cine de masas, la actividad diabólica es, para la fe católica, una realidad y un desafío constante que debemos enfrentar. ¿Cómo y bajo qué forma el demonio y sus secuaces procuran nuestra perdición? ¿Que es la posesión y la obsesión?

El 27 de diciembre de 1857 una joven profesora de Avignon, Francia, que daba señales de posesión demoníaca, fue conducida por orden del Obispo al Santo Cura de Ars. Al entrar a la sacristía en el momento en que el sacerdote se revestía para celebrar la Misa, la posesa se puso a gritar:

— ¡Hay demasiada gente aquí!
El cura hizo salir a todos, pero del otro lado de la puerta se escuchó este diálogo:
— ¿Quieres salir a toda costa? —decía el padre Vianney.
— ¡Sí! —contestó el espíritu maligno.
— ¿Y por qué?
— ¡Porque estoy con un hombre que no quiero!
—¿Entonces no me quieres? – preguntó el cura.
— ¡No!
Casi enseguida la puerta se volvió a abrir. Todos pudieron ver a la joven profesora llorando de alegría. Y volviéndose hacia el padre Vianney le dijo:
— ¡Tengo miedo de que regrese!
— No, hija mía – le respondió el santo varón —. O al menos no tan pronto...

Ella pudo retomar sus funciones educativas. Y el demonio no regresó.

El teólogo francés Ad Tanquerey describe así la acción del demonio sobre los hombres: « A veces asedia, por así decir, al alma por afuera, suscitándole horribles tentaciones; otras veces se instala en el cuerpo y lo mueve a su gusto, como si fuese el señor del mismo, a fin de perturbar el alma. En el primer caso tenemos la obsesión, en el segundo, la posesión».

La obsesión: tentaciones más intensas y prolongadas

«La obsesión es en substancia una serie de tentaciones más violentas y duraderas que las ordinarias. Es externa cuando actúa sobre los sentidos externos, por medio de apariciones; e interna cuando provoca impresiones íntimas. Es raro que sea solamente externa, dado que el demonio no actúa sobre los sentidos sino para perturbar más fácilmente al alma».

Respecto a las apariciones demoníacas hay que decir que los ángeles (buenos y malos) son de por sí invisibles, pero en determinadas ocasiones pueden adoptar formas visibles, como se constata en numerosos pasajes de la Biblia. En estos casos se hacen sensibles a la vista y al oído, hablan y se expresan como seres humanos; sin embargo, no están dotados de un cuerpo humano, ni pueden estarlo, y no sólo porque no lo necesitan sino porque éste es incompatible con su propia esencia.

Al hacerse visibles al ojo humano, pueden tomar formas humanas, de animales o de objetos inmateriales. En el caso de santa Gemma Galgani encontramos un ejemplo clarísimo. La persecución del Maligno contra ella fue tremenda, espantosa, extenuante... Con promesas y halagos, con amenazas y golpes, con engaños y apariciones la perseguía por todas partes: en la casa, por la calle, en la iglesia, en la cama, de día y de noche. Asumía el aspecto de perro, de gato, de mico negro, de pequeño monstruo, de personas conocidas y de hombres feroces y espantosos.

Posesión: método violento de acción diabólica

Así como mediante la obsesión el demonio actúa externamente suscitando en el hombre tentaciones, grandes o pequeñas, pero siempre peligrosas, por la posesión él se instala en el cuerpo de éste para perturbar al alma. He aquí la explicación presentada por Mons. Cristiani sobre la naturaleza y causa de la posesión:

«No existe tal vez hecho más extraordinario que el de la posesión diabólica. Que tal hecho existe es lo que demuestran muchísimas experiencias. Sin duda hubo posesos desde mucho tiempo antes de la venida de Jesucristo a la tierra. Hubo posesos alrededor de Él, como nos muestra el Evangelio. En la Iglesia primitiva fueron innumerables los casos, y la institución de la Orden de Exorcistas entre los miembros del clero es una buena prueba de esto».

«La posesión nunca llega hasta la animación. Esto quiere decir que el demonio no substituye el alma del poseso, no da vida al cuerpo, pero, sin que sepamos cómo, se apodera de este cuerpo, hace en él su morada, sea en el cerebro, sea en las entrañas o incluso, dado el caso, en el sistema nervioso. Imprime a la expresión del rostro una expresión desconocida y que corresponde a la acción demoníaca».

En consecuencia, como enseña santo Tomás de Aquino, como el demonio no puede ejercer ninguna operación propiamente vital, no puede sentir, comer o engendrar. En cambio, sí puede ejercer operaciones simplemente mecánicas, como forzar el cuerpo a moverse o emitir sonidos. El demonio utiliza el mecanismo bucal y pulmonar del ser poseídos para hacerlo hablar. Puede hacerle decir blasfemias, o revelar cosas que el demonio conoce de otras personas, para provocar conflictos.

El demonio no está siempre presente en el poseso. Entra en él cuando quiere. Provoca ataques. Un poseso podría hasta ser liberado momentáneamente por los exorcismos, y después volver nuevamente a ser presa del demonio.

Por su parte, Mons. Saudreau escribe: «Los demonios no actúan todos de la misma manera porque están lejos de ser totalmente iguales».

Causas de posesión

Mons. Saudreau hace notar que las causas de posesión son muy variables, pero que, «por muy poderosos que sean los demonios, la verdad es que 'esos perros están encadenados'. No actúan entre nosotros sino en la medida en que obtienen —como está escrito en el libro de Job— la permisión de Dios, Soberano Señor». Job es prueba de que no son necesariamente las faltas de la víctima las que explican la acción diabólica.

Pero, ¿por qué Dios llega a permitir que la acción diabólica llegue hasta la posesión? San Juan Crisóstomo responde: «Los endemoniados sacan de su condición una doble utilidad: se vuelven más buenos y santos, y, habiendo descontado aquí las penas debidas por los pecados, se presentan puros al Señor».

Pero a veces también, puede existir culpa del poseso. En muchos casos el origen habría sido un maleficio (brujería). Parecería que el demonio, después de haber establecido su ritual propio de lanzamiento de sortilegios, se ve obligado a actuar cuando el brujo observa las formas que él prescribió. Sin embargo los maleficios no tienen todos la misma eficacia.

En resumen, los casos de posesión son casos extremos de un hecho inmenso que se extiende por todo el universo espiritual: la lucha del bien contra el mal, de la Ciudad de Dios contra la Ciudad de Satanás.

(Resumido de Cristiandad.org)

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El mayor engaño del diablo es hacernos creer que no existe

Triste pero cierto: no todos los que se dicen cristianos, más aún, no todos los ministros ordenados de la Iglesia creen que el diablo exista. En México uno de los grandes negadores de la existencia del demonio es el polémico sacerdote jesuita Enrique Maza, muy solicitado por el periodista Guillermo Ochoa para sus programas de radio.

El citado religioso, además de abogar públicamente por las desaparición de los dogmas en la Iglesia, por el sacerdocio de las mujeres, y otras linduras, ha escrito un libro titulado El diablo. Orígenes de un mito, publicado por la editorial Océano, donde afirma la inexistencia del demonio. Según él, no es «sino una figura simbólica, una comodidad literaria para darle un nombre manejable a una abstracción: el mal». Sus acusaciones llegan al grado de asegurar que el diablo es un mito utilizado históricamente por la Iglesia como un instrumento de poder, «el cual se esconde siempre en el secreto y presiona con el terror».

Sin embargo, como apuntó el cardenal chileno Jorge Medina en la presentación del Nuevo Rito de Exorcismo en 1999 respecto al hecho de que algunos cristianos no creen en la existencia de los demonios, «sabemos que hay católicos que no han recibido una buena formación y dudan de la existencia del diablo, pero es un artículo de la fe y parte de la doctrina de la Iglesia católica. Alguien que dice que el diablo no existe ya no es un creyente». (DGB)

EL OBSERVADOR 419-8

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JÓVENES
La Jornada Mundial de la Juventud Colonia 2005 ya tiene su página web

Recientemente se puso en línea la página web oficial de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) que se celebrarán en agosto de 2005 en Colonia, Alemania. La dirección es http://www.wyd2005.org
La página, que se publica en alemán, italiano, inglés, castellano y francés (las tres últimas lenguas están todavía en construcción), es el punto de referencia informativo oficial para las Jornadas, y en estos momentos ya anuncia lo siguiente:

Del 11 al 15 de agosto de 2005 todas las diócesis de Alemania invitarán a los jóvenes que vendrán de los cinco continentes a participar en diferentes encuentros.

La llegada oficial de los jóvenes a Colonia tendrá lugar el 15 de agosto. Al día siguiente por la tarde todos los jóvenes se reunirán en torno a una celebración de la Eucarística.

De ser posible, los jóvenes acogerán a Juan Pablo II el 17 de agosto con una gran fiesta.

Del 17 al 19 de agosto tendrán lugar los tradicionales encuentros de jóvenes con obispos (catequesis), que culminan con la Eucaristía. En esos días se ofrecerá la posibilidad a los muchachos de acercarse a recibir el perdón de Dios en el sacramento de la Reconciliación.

También tendrá lugar el Festival de la Juventud, en el que los jóvenes se expresarán a través de diferentes formas artísticas.

El viernes 19 de agosto, por la tarde, tendrá lugar el espectacular Via Crucis.

El encuentro con el Papa se celebraría en la vigilia del sábado 20 de agosto por la tarde y noche.

Después de una noche en la que habrán dormido muy poco, los jóvenes concluirán las Jornadas participando en la Misa que será debería ser celebrada por el Papa el domingo del 21 de agosto.

(Fuente: Zenit)

EL OBSERVADOR 419-9

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CULTURA
El círculo vicioso: a gobierno corruptor, pueblo corrompido-corruptor
Por Carlos Díaz

¿Son malos los gobiernos porque han sido elegidos por malos electores, o son malos los electores porque han elegido malos gobiernos? Quizá lo uno y lo otro.

Un gobierno perverso produce hábitos de dependencia del gobierno, por ejemplo: presidencialismo; paternalismo; mesianismo sexenal; centralismo exagerado; servilismo ante los poderosos; resignación y conformismo; ritualismo en los aniversarios oficiales y en los informes de gobernadores y presidentes; pactos entreguistas de alto nivel con poderes trasnacionales a espaldas del pueblo; conductas complacientes y alcahuetas de los sindicatos que, una vez impuestos (porque la afiliación no es libre) protegen tanto al obrero que fomentan su indisciplina e irresponsabilidad; influyentismo (demasiadas credenciales, demasiadas placas especiales y recomendaciones); antesalas a que los funcionarios someten a los demás para darse importancia; trasgresiones de los reglamentos («más vale pedir perdón que pedir permiso»); contínuas violaciones a la Constitución («la gran prostituta de la República»); el fenómeno del «tapado» (el nuevo gobernante sale misteriosamente de un cónclave de amigos autosacralizados); la extorsión del juez que vende la justicia; la prepotencia policiaca y su exigencia de 'propinas' antes de aclarar un delito; las 'comisiones' de los contratistas a los funcionarios; los embutes a los medios de comunicación; el peculado o sustracción ilícita de fondos públicos por parte de quienes los manejan; la burocracia que se come el presupuesto, etc.

«La corrupción somos todos», se ha escrito hasta en las bardas de las casas con no poco cinismo. Pero de hecho ahí están las mordidas, los fraudes fiscales, los «aviadores» que cobran sueldo sin trabajar, el soborno, el nepotismo, la extorsión, la grilla sucia (patadas debajo de la mesas), la colusión del funcionario con el patrón en agravio de los obreros, el coyotaje, la explotación del trabajador de niveles inferiores, la demagogia, los líderes charros, la fayuca o contrabando, los fraudes al fisco, los mordelones de tránsito, la infidelidad conyugal, la fanfarronería (ser echador, presumir de lo que no se tiene, querer apantallar), la impuntualidad, el miedo a decir no, la envidia (enanismo de quien busca todos los recursos para atacar a quien sobresale de la común mediocridad), el despilfarro («yo pago la cena a todos»), el chambismo (búsqueda de «un puestito» sin pena ni gloria), el incumplimiento laboral de todos los días, etc.

Resultado: La corrupción generalizada es un problema cultural, tanto que para muchos no llega a ser problema moral: Muchos mexicanos al dar sobornos se sienten víctimas de la corrupción en lugar de contribuyentes a ella, y ni les pasa por la cabeza que obran mal y que son corruptos. Echan la culpa al sistema y se lavan las manos. Dejamos fuera de estas consideraciones los asaltos, los secuestros, los asesinatos políticos, el narcotráfico... Nos quedamos en la zona de los peccata minuta. Cada sexenio se monta un teatro de cruzada contra la corrupción, y el pueblo agraviado cree una y otra vez: 'Eso ya se acabó; la corrupción es cosa del pasado'. El mesianismo sexenal -o cuatrienal- ha sido un tema recurrente.

EL OBSERVADOR 419-10

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GRANDES FIRMAS
Ecce homo
Por Santiago Martín

Tres fueron las presentaciones "en sociedad" de Cristo. La primera vez lo hicieron los ángeles ante los asombrados pastores y dijeron de él que era "el Salvador". La cosa había empezado bien y prometía, aunque muy poco después a la Virgen, en el Templo, Simeón le anunció que una espada de dolor le traspasaría el corazón.

La segunda vez la presentación apuntaba ya claramente al tipo de salvador que iba a ser Jesús. Juan Bautista se lo mostró a sus discípulos diciendo que era: "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". "Cordero", en ese contexto, era sinónimo de sacrificio, de ofrenda expiatoria, de dolor. Se anunciaba ya -y eso que estaba empezando la vida pública- la pasión y muerte del Viernes Santo.

La más sorprendente, sin duda, fue la tercera y última presentación. La llevó a cabo un político romano, Pilato, ante la multitud que contemplaba -sedienta de sangre- al Cristo ya torturado y coronado de espinas. Ecce homo ("He aquí al hombre"), dijo Pilato de él. Quizá el procurador romano pertenecía a la escuela de los cínicos, cuyo fundador, Diógenes, había salido a pleno sol con una linterna encendida en busca precisamente de eso, de un hombre.

He aquí al hombre. ¿Y qué hombre? El hombre herido, humillado, despojado de su dignidad. ¿El "varón de dolores" podía ser un modelo de hombre? Sí, porque Cristo, más que nunca en la Cruz, se nos muestra como Aquél que sabe permanecer fiel a sus principios, que no se deja corromper, que ama y practica la paz incluso cuando es Él la víctima de la violencia. Es, efectivamente, el modelo de hombre íntegro, fiel, perfecto.

Pero a Pilato le faltó la fe. Si la hubiera tenido, seguro que habría añadido: Ecce Deus ("He aquí a Dios"). Porque tan divino era Jesús como era humano y tan perfecto era en cuanto Dios como en cuanto hombre.

Pero ¿qué tipo de Dios es el que se deja matar por sus criaturas? ¿No es una prerrogativa divina estar siempre por encima? ¿No es a Él a quien hay que temer, adular, aplacar?.

Con Cristo el mundo se vuelve al revés. El modelo de hombre es un derrotado y el modelo de Dios es un loco. El hombre que es conducido al matadero antes que traicionar su conciencia. El Dios que se entrega en sacrificio para salvar a los que le matan.

Esta es la locura de la Cruz. Y porque es locura para los "sabios y entendidos", es la verdad, la esperanza y el cimiento de un mundo nuevo.

(Fuente: Católicos del Siglo XXI)

EL OBSERVADOR 419-11

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PICADURA LETRÍSTICA
Isabel, olor de santidad
(primera de tres partes)
Por J. Jesús García y García
Esa niña coronada de pedrerías más espirituales que una tiara hecha de gotas de rocío... ¿Cómo? ¿Es la grande Isabel?
PAUL CLAUDEL


Olor de santidad, que no hedor de camisa sobreusada, exhala, hoy por hoy, la figura de Isabel la Católica. El título deturpante de Isabel, camisa vieja lo adoptó, porque «vendía», el anecdotista Fernando Vizcaíno Casas, sumándose así a los que han otorgado inmerecida importancia a la especie —apócrifa desde donde se la vea— de que la gran reina habría prometido no cambiarse de camisa hasta que Granada fuese conquistada.

Recordemos al paso otra falsa leyenda que atañe a la nativa de Madrigal de las Altas Torres: leíamos en los textos escolares (todavía de los mil novecientos cuarentas, pongamos por ejemplo) que Isabel había patrocinado enteramente el primer viaje de Colón y, a este efecto, había mandado al empeño sus joyas personales. La falsedad de esta noticia ha sido evidenciada repetidas veces. Una de tantas versiones sostenidas como verdaderas dice que, según las Capitulaciones de Santa Fe, los gastos, que ascendieron a un millón 140 mil maravedíes, debían ser costeados por el navegante y por los reyes a partes iguales. La mitad que era a cargo de Colón fue adelantada por los Pinzones, armadores del puerto de Palos, y la otra mitad salió del tesoro de Aragón, por cuenta de Castilla. Colón exigió y obtuvo los títulos de virrey y almirante, así como el reconocimiento de los derechos a la décima parte de cuanto se obtuviere en las tierras alcanzadas. Los propósitos pecuniarios de Colón al final se manifestaron muy superiores al ideal de propagar la fe cristiana.

Con respecto a Isabel, el panorama que a mi lego criterio se presenta es el de una mujer que fue insigne rebelde en una materia mucho más que sentimental, pero, en lo básico, fiel a su tiempo y a su circunstancia, deseosa de hacer del poder un empleo juicioso y sin astucias; habida cuenta de que la perfección humana no existe ni en los santos. Sólo ella es merecedora del apodo de Reina Católica; sufridora resignada de un cónyuge distante de ser paradigma de virtudes morales: muchas veces traidor conyugal, por lo menos cuatro bastardos le fueron autentificados, el primero de ellos nacido el mismo año de su legítima boda (las infidelidades de los reyes eran generalmente vistas con sobrada indulgencia aun por algunos clérigos, sobre todo si ellos cojeaban de la misma pata. Usted sabe: lo que en el pobre es pecado en el rico es «excusable expansión», ya que los dignatarios «no eran de piedra»); por lo demás, en asuntos de gobierno, Fernando se plegó en muchas ocasiones a ilegítimas exigencias y puede, en justicia, decirse que su regia actuación fue en numerosos momentos francamente convenenciera. No por nada se dice que fue el inspirador de El Príncipe, de Maquiavelo. El contraste que había en la pareja real fue certeramente intuido y mejor esbozado por don Carlos Pereyra: «La unión de estos soberanos es un curioso caso de cooperación para un fin superior, pues en nada se parecían los caracteres de ambos, sino en la energía. El rey, frío, calculador, sin escrúpulos, maravillosamente apto para la perfidia, era el reverso de las cualidades que hicieron de Isabel un ser divinizado por la admiración, pues la reina fue siempre apasionada, compasiva y dulce, de gran corazón, en suma».

La iniciativa para canonizar a Isabel I de Castilla parece que debe situarse en 1904, cuando fray Zacarías Martínez, arzobispo de Compostela, formuló la idea y obtuvo significativos apoyos. En 1924 hizo unos sondeos diplomáticos en Roma el cardenal-arzobispo de Granada, monseñor Casanova, con base en los cuales, durante el Congreso Mariano Hispanoamericano, celebrado en Sevilla en 1929, se planteó públicamente el propósito de abrir la causa de beatificación de la Reina Católica, con la adhesión de los arzobispos de Granada, Valladolid y Toledo, y del nuncio papal, monseñor Ragonesi.

Al celebrarse, en 1951, el quinto centenario del nacimiento de Isabel, don José Ibáñez Martín, entonces ministro de Educación, recogió las aspiraciones de numerosas asociaciones de damas católicas de España y de América, reflejadas en el acta que se levantó del Congreso Femenino Hispanoamericano, y visitó en el Vaticano a los dos sustitutos de Estado, monseñores Tardini y Montini, promoviendo la incoación de la causa que al fin se abrió en el arzobispado de Valladolid, en 1958.

EL OBSERVADOR 419-12

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FIN

 
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