El Observador de la Actualidad

EL OBSERVADOR DE LA ACTUALIDAD
-Periodismo católico-
16 de abril de 2006 No. 562

SUMARIO

bulletPORTADA - El Rabbí ya no estaba en la tumba
bullet¿Por qué el «Evangelio de Judas» no es Palabra de Dios?
bulletCARTAS DEL DIRECTOR - Benedicto XVI: un año de gracia
bullet¿CÓOOMO DIJO? - Asignatura pendiente
bulletELECCIONES 2006 - Las 11 reglas de oro para los candidatos
bulletPINCELADAS- La última palabra la tiene el amor
bulletMIRADA JOVEN - Historia del huevo de Pascua
bulletResucitar al ritmo de Dios
bulletRESUELVE TUS DUDAS - ¿Qué hay del viagra? / Nulidad matrimonial
bulletESPECIAL - Benedicto XVI
bulletENTREVISTAS - «Al Papa le hace mucha gracia que me llamen pequeño Ratzinger»
bulletPICADURA LETRÍSTICA - Vino la Pascua
bulletELECCIONES 2006: EL PUNTO DE VISTA CATÓLICO - Misión socio-política de la Iglesia: fundamentos magisteriales
bulletDILEMAS ÉTICOS - ¿Por qué os turbáis?
bulletJesús, verdadero Dios
bulletCOLUMNA ABIERTA - Sábado Santo
bulletCOMUNICACIÓN - «Pescadores de hombres», una película para despertar la llamada al ministerio sacerdotal

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PORTADA

El Rabbí ya no estaba en la tumba

No estaba el Rabbí. No estaba.
Estaba un ángel y habló:
—¿A quién buscáis entre muertos?
¡Él vive! ¡Resucitó!

Rodaba la luna fría
—duenda de la madrugada—
por la tierra atormentada,
desamorada y sombría.
La alegría se extinguía.
La esperanza vacilaba.
El hombre, débil, dudaba.
La santa mujer lloraba.
Y de pronto, en esa hora,
la gran noche se hizo Aurora.
—Aurora, Reina y Señora—.
¡Dios-Hijo resucitaba!

Miradle ya, cielo arriba,
como una llama en la luz,
con las huellas de la Cruz
en carne y en sangre viva.
Ya no es la tierra cautiva
de la sombra y del dolor.
Que el Maestro del Amor
por amor nos ha salvado.
No es sólo el Resucitado
sino el Resucitador.

Haz, Señor, que te imitemos;
que del pecado mortal
y de la muerte total,
contigo resucitemos.
Haz, Señor, que retiremos
cada cual la losa suya
y danos la mano tuya.
—¡Resucitó!— Sí, Tu mano.
Mi Dios, mi amigo, mi hermano.
¡Resucitaste! ¡¡Aleluya!!

Fragmento del «Pregón de Semana Santa», de Antonio Murciano González

EL OBSERVADOR 562-1

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¿Por qué el «Evangelio de Judas» no es Palabra de Dios?

1.
Porque fue redactado por la secta gnóstica de los Cainitas.
2. Porque los evangelios gnósticos, de los cuales hay muchos más, no son documentos cristianos en sí, ya que proceden de una secta sincretista que incorporó elementos de diferentes religiones, incluyendo el cristianismo.
3. Porque la comunidad cristiana rechazó estos evangelios gnósticos desde que aparecieron por su incompatibilidad con la fe cristiana.
4. Porque este documento tendría gran valor histórico, ya que contribuye a nuestro conocimiento del movimiento gnóstico, pero no supone ningún desafío para el cristianismo.
5. Porque no contradice un documento así a los cuatro evangelios canónicos, pues el gnosticismo surgió a mediados del siglo II, y el «Evangelio de Judas», si es auténtico, probablemente se remonta a finales del siglo II.

EL OBSERVADOR 562-2

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CARTAS DEL DIRECTOR
Benedicto XVI: un año de gracia
Por Jaime Septién

Mucha gente pensaba que el cardenal Ratzinger, al ser elegido y tomar el nombre de Benedicto XVI, iba a dejar deprimidos a montones de católicos. Se decían muchas tonterías en torno a su biografía, su pasado, su inflexibilidad y su dureza en torno a la doctrina de la Iglesia.

Por una rara y desesperante tendencia de la prensa, la madurez intelectual, la reciedumbre en cuestiones de fe, se confundió al público de todo el mundo, haciéndole ver a un «pastor alemán» donde había un amoroso padre y un maestro de inigualable bondad espiritual.

La homilía de la Misa para elegir pontífice, su breve mensaje desde el balcón de San Pedro al ser electo, su primer mensaje y los gestos simbólicos al recibir el anillo de Pedro, el encuentro con los jóvenes en Colonia, el Sínodo sobre la Eucaristía, el anuncio de la reunión del CELAM en Brasil, su extraordinaria encíclica «Dios es amor» y sus «salidas» del Vaticano a platicar con el tendero de la esquina, han ido variando (aunque muy poco) la opinión de los comunicadores y mucho, muchísimo, en el cristiano de a pie.

Para los obispos mexicanos, y quienes tuvimos la oportunidad de acompañarlos en la visita «ad limina» de septiembre de 2005, la sonrisa del Papa, su afabilidad, su cultura, su enorme bondad y su agilidad mental nos hicieron patente que el sucesor de Juan Pablo II es el soplo del Espíritu Santo sobre la Iglesia, para continuar su mandato de salvar almas.

En el plano estrictamente personal, tuve el inmenso gozo de recibir de Su Santidad una misión a seguir; misión que tiene que ver con el periodismo católico como apoyo fundamental a la Iglesia profética. Me pidió que no lo olvidara, con una sonrisa contagiosa y un apretón de manos que reflejan su personalidad: un ser humano comprensivo, agudísimo en su concepción del mundo actual y conocedor, como pocos, de los problemas del relativismo moderno.

Un año de gracia en el que la Iglesia ha tenido timón seguro, ascendente, capaz de engrandecer la herencia de Juan Pablo II. «El carácter —dijo una vez el general Charles De Gaulle— consiste ante todo en no dar importancia al ultraje o el abandono de quienes están con nosotros». A Benedicto XVI, tanto ataque infundado, tanta calumnia sin bases, tanta traición de los propios católicos, no le ha hecho mella. Al contrario, ha fortalecido su amistad con el corazón humano y su cercanía con el latido de Dios.

EL OBSERVADOR 562-3

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¿CÓOOMO DIJO?
Asignatura pendiente

Usamos el nombre de una conocida película española de la transición para desarrollar una idea en torno a los próximos seis años de México. En ese período, esté quien esté al frente del Ejecutivo, la desigualdad entre pobres y ricos tendrá que ser atajada o, al menos, atemperada, si no se quiere que el país resbale aún más hacia el precipicio de la desesperanza. Según los últimos datos que poseemos de la Secretaría de Hacienda, en México creció, durante 2004, la inequidad en lo que respecta a la distribución del ingreso. Mientras que 10% de la población más rica del país concentra 40% (números redondos) de los recursos generados, el 10% más pobre apenas si recibe el 1% de la riqueza nacional. Esto es, lisa y llanamente, un desastre económico. Hemos ido ensanchando la franja entre ricos y pobres, y en lugar de tener más familias con niveles de vida dignos, tenemos unas pocas con todas las posibilidades del mundo y muchísimas que tienen que sobrevivir con el equivalente a dos dólares al día. Cuando esa distancia se aleja entre ambas orillas, cuando ya ni siquiera se alcanza a vislumbrar desde la una la otra, la mesa está puesta para que algún líder político o social se erija como el adalid de los que menos tienen y éstos lo van a apoyar, enfrascándonos en una pugna intestina de proporciones incalculables. La democracia no ha venido aparejada de cambios palpables en el nivel de vida de millones de mexicanos. Como menciona el mismo reporte de Hacienda, la canalización de subsidios que realiza el gobierno federal para apoyar en servicios, educación y salud entre otros, en realidad benefician a personas con mayores recursos, llegan más pesos a quienes tienen más pesos y menos a los que casi no tienen nada. ¿Por qué? Misterios de nuestras viejas instituciones, «algunas de ellas muy corrompidas», que, demagógicamente, están comprometidas con los pobres, pero, en realidad, responden a intereses de grupo, cuando no a intereses personales (por ejemplo, algún sindicato minero). Todo esto en nada contribuye a la paz social, al orden público, a la buena marcha de la democracia. Al contrario, fomenta el rencor y la distancia, el resentimiento y la revancha. Si los candidatos a la presidencia de la república de verdad quisieran entrar a un debate serio sobre el futuro de la nación, dejarían de perder el tiempo en querellas entre unos y otros y tomarían el tema de la desigualdad y de la mala dirección de los subsidios como temas prioritarios. Es la dignidad de millones de mexicanos la que está en juego. Y la dignidad de la persona no se construye con proclamas airosas ni con insultos irónicos. Se construye con un proyecto sólido de nación, un proyecto incluyente, que enfrente los problemas de inequidad, desequilibrio y mala, malísima distribución de la riqueza. Es ahí donde habría que buscar soluciones entre todos; es ésa la mayor de nuestras asignaturas pendientes.

EL OBSERVADOR 562-4

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ELECCIONES 2006
Las 11 reglas de oro para los candidatos
Pr Walter Turnbull
Tomando como inspiración la famosas —y muy acertadas— 11 reglas de oro de Bill Gates para los jóvenes, se pueden redactar otras 11 reglas de oro para los candidatos a presidente de la república, que les podrían ser de mucha utilidad.

Regla 1. La bronca nunca es tan fácil como parece desde la barrera; vete haciendo a la idea.

Regla 2. El país no va a comer de tu imagen. Con el tiempo se olvidarán de ella y sólo te recordarán por los buenos o malos resultados de tu gobierno.

Regla 3. El país no va a salir del subdesarrollo en un año ni en un sexenio como por arte de tu magia. Si acaso podrás ayudar a que empiece a mejorar si es que haces bien tu trabajo, vigilas bien el de tus allegados y cuentas con el apoyo (aquí está lo más difícil) de tus enemigos en las cámaras, en las gubernaturas y en los medios.

Regla 4. Si piensas que siendo gobernador (o senador, o diputado, o cacique, o líder popular) de la oposición tuviste muchos enemigos y muchos que quisieron entorpecer tu labor, espérate a que seas presidente.

Regla 5. Tener que pactar con los más poderosos no está más allá de tu dignidad. Los anteriores presidentes, especialmente Juárez, lo vieron como una necesidad.

Regla 6. Si haces algo mal... no es culpa del gobierno federal, de Bush, de Marta Sahagún, de Zedillo, de los riquillos, de la Iglesia, de los innombrables, de los medios, de las instituciones, del IFE... No endoses tus errores, aprende de ellos.
Regla 7 . Antes de llegar al poder, el actual gobernante era simpático, chistoretero, atrevido, carismático, admirado, honrado, inmaculado, así como tú. Se volvió un repugnante, fracasado, despreciable por tener que lidiar con problemas reales y con gente como tú, que te crees muy gracioso. Antes de redimir a los pobres, aprende a cumplir la ley.

Regla 8. Para la oposición y para la crítica no hay fracasos, todo es divertido y se tienen todas las oportunidades necesarias. La vida real en un puesto de gobierno es muy diferente. Ahí todos los errores tienen consecuencias graves y no hay segundas oportunidades.

Regla 9. Hasta hoy tu diversión ha sido un refrigerio para el pueblo. Una vez en el puesto, tu diversión no le servirá de nada. Tendrás que divertirte en lo privado y en tus horas libres, a no ser que, como Fidel Castro o como Hugo Chávez, quieras hacer del sufrimiento del pueblo tu diversión.

Regla 10. La política partidista y las campañas y las marchas no son la vida real. En la vida real las personas dejan las campañas y los mítines se van a trabajar en el gobierno.

Regla 11. Sé justo con los que van de salida. El día de mañana tú también vas a salir (al menos eso esperamos, aunque algunos aseguran lo contrario).

EL OBSERVADOR 562-5

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PINCELADAS
La última palabra la tiene el amor
Por el P. Justo López Melús

Un anciano incrédulo fue a visitar a un sacerdote para que le ayudase en sus dudas de fe. No aceptaba la resurrección de Jesús y deseaba pruebas. Cuando llegó a casa del sacerdote había alguien hablando con él. El sacerdote vio al anciano de pie en el pasillo y corrió sonriente a ofrecerle una silla. Cuando el otro se despidió, recibió al anciano y le habló largamente. El anciano se convirtió y quiso ponerse en paz con Dios.

Contento el sacerdote y a la vez sorprendido por el súbito cambio, le preguntó: «Después de nuestro largo recorrido, ¿cuál ha sido el argumento que le ha convencido de que Cristo resucitó y de que existe Dios?».

Y el viejecito respondió: «El detalle de acercarme una silla para que no me cansara de esperar. El Maestro de tal discípulo, pensé, tiene que ser capaz de cualquier cosa».
Obras son amores, que no buenas razones.

EL OBSERVADOR 562-6

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MIRADA JOVEN
Historia del huevo de Pascua
Por María Velázquez Dorantes
Ha pasado de ser símbolo pagano a figura de la Resurrección

La humanidad, en sus raíces religiosas, históricas y costumbristas, siempre se ha esforzado por hacer de los objetos algo simbólico, y el huevo de pascua no es la excepción.

Es en Europa, en la antigüedad del siglo XIII, donde aparecen los huevos pintados; la finalidad de decorarlos era celebrar el término de las privaciones del invierno.

El simbolismo y la creencia de muchas culturas acerca del huevo tienen varias vertientes: se puede observar que en Ucrania el huevo simbolizaba la creación, y que en otras culturas los huevos son utilizados como símbolo de fecundidad, por lo que en los pueblos paganos se regalaban a principios de la primavera.

Pero, ¿dónde surge la historia de los huevos de pascua? La tradición oral —que, después de algunos años, se convirtió en una tradición escrita y repetida por muchos— nos cuenta que para san Agustín el huevo representaba la resurrección de Cristo. Para el santo de Hipona partir un huevo de Pascua simbolizaba el momento en el que la enorme piedra que cubría el sepulcro se retiraba milagrosamente para que Jesucristo emergiera victorioso sobre la muerte.

En el siglo XVII el papa Paulo V bendijo el humilde huevo en una plegaria a utilizarse en Inglaterra, Escocia e Irlanda: «Bendice, Señor, te rogamos, esta tu criatura de huevos, que se transformará en un sustento mayoritario de tus fieles sirvientes, comido en agradecimiento a Ti, recordando la resurrección de Nuestro Señor».

En la Edad Media, por órdenes del papa Julio III en 1552, estaba prohibido consumir huevos durante la Cuaresma. Se podía volver a comer a partir del Domingo de Pascua, por lo que se usaba tanto para los festejos como para regalarlo a familiares, amigos y sirvientes. El intercambio o regalo del huevo de Pascua representaba un regocijo, especialmente para los niños, que podían salir al campo para buscarlos, entonando cantos de aleluya.

Así la historia del huevo de Pascua se ha ido transmitiendo con diferentes cargas simbólicas. Ha pasado de una fiesta pagana a una fiesta religiosa. El lugar de América donde se festeja en mayor grado es en los Estados Unidos.

Al mismo tiempo, un simple huevo de gallina decorado se ha convertido en huevo de cuarzo, mármol y hasta oro, de acuerdo con las épocas de la historia. Ejemplo de ello es el Renacimiento.

La enciclopedia católica, en su apartado sobre la naturaleza del ayuno, nos describe que la utilización del huevo de Pascua «se ha perpetuado en la costumbre popular de bendecir o regalar huevos de Pascua…puesto que el uso de huevos estaba prohibido durante la Cuaresma, se sacaban a la mesa el día de Pascua, coloreados de rojo para simbolizar la alegría de Pascua. Esta costumbre se encuentra no sólo en la Iglesia latina sino también en las orientales. El significado simbólico de una nueva creación de la humanidad por Jesús resucitado…los huevos de Pascua, se les dice a los niños, vienen de Roma con las campanas que el jueves van a Roma y vuelven el sábado por la mañana».

EL OBSERVADOR 562-7

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Resucitar al ritmo de Dios
Por Juan Antonio Ruiz / Buenas Noticias

Abrió levemente los ojos. Como un relámpago, le vino la imagen de su coche volando por los aires tras recibir el impacto de otro vehículo. Sólo pudo percatarse de los cristales quebrándosele encima.

De pronto, alguien asomó su cara delante. Era Emilio, su esposo, quien le dijo: «Lo peor ha pasado ya. ¡Ánimo!».

Gloria Stefan se recuperaba en el hospital tras aquel fatídico accidente. Ella nació en Cuba, y algunos años después escapó de las garras del comunismo de Fidel Castro. Al llegar a los Estados Unidos su voz y su belleza le ganaron el puesto de vocalista en el grupo Miami Sound Machine.

Poco a poco, su fe católica se fue desvaneciendo por el ambiente que le rodeaba. Años después se casó con Emilio Stefan. Pero fue precisamente aquel accidente el que abrió las puertas del corazón de Gloria. Al recuperarse de aquella tragedia,decidió cambiar de vida. Por ello, cuando le invitaron a cantar en el cincuenta aniversario de la ordenación sacerdotal de Juan Pablo II, no se lo pensó ni un segundo: «Ha sido el momento más importante de toda mi carrera. Doy gracias sinceras a Dios».

No es que Gloria Stefan haya pasado de la vanidad del estrado a la pureza total de los altares. Pero nadie duda que, tras pasar por aquel calvario de dolor, su resurrección fue más que notoria.

Tal vez muchas veces soñamos en un cambio de trescientos sesenta grados en nuestra vida. No obstante, nuestro camino hacia Dios suele ser en pequeños pasos. Por eso, este domingo de Resurrección es un momento ideal para que, como Gloria Stefan, le abramos a Cristo el corazón, aunque sólo sea un poco.

EL OBSERVADOR 562-8

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RESUELVE TUS DUDAS
¿Qué hay del viagra?

Pregunta: Soy católica y felizmente casada. Solamente escribo para que me manden información de cuál es la opinión de la Iglesia católica acerca del viagra. De antemano, gracias.
María.

Respuesta: Dentro del matrimonio no hay problema moral con el viagra (habrá que informarse bien si tiene algún inconveniente médico). Si bien nunca hay que olvidar que la felicidad y el éxito en el matrimonio no dependen del sexo, sino que la felicidad y el éxito en el sexo y en el matrimonio dependen del amor dentro del matrimonio y de la gracia de Dios.

********

Nulidad matrimonial

Pregunta: ¿Por qué los artistas y políticos pueden obtener la nulidad de su matrimonio católico muy rápido y casi siempre, y a uno que es una persona normal tardan mucho en atenderlo y en iniciar el proceso, y aunque las mismas causas de la nulidad son las del artista o político que las mías, a mí no me quieren dar la nulidad?

Respuesta: Estimada hermana en Cristo: no sé cuál sea su condición particular, pero le puedo asegurar que esa situación de inequidad de la que habla en realidad no existe. Si bien la Iglesia está formada por seres humanos y como tal está expuesta a errores y casos de corrupción entre sus miembros, estoy seguro de que, en general, son muy pocos y que, comparados con cualquier otra institución humana, los tribunales eclesiásticos son los más justos y eficientes del mundo.

Si se refiere al caso de la actriz Niurka y al de Marta Sahagún, permítame aclarar que la segunda boda de Niurka no fue dentro de la Iglesia católica. El proceso de Marta Sahagún ya llevaba bastante tiempo antes de su relación con Vicente Fox, y en el caso de Vicente Fox no hubo declaración de nulidad; y si se refiere a algún otro caso, seguramente existe alguna otra explicación parecida.

En juicios de nulidad de matrimonio en el tribunal intervienen tres jueces que actúan colegiadamente. Siempre hay una apelación a un segundo tribunal. En caso de diferencia entre las dos sentencias, el caso se lleva a los tribunales de la Santa Sede. En caso de jefes de Estado, el caso lo lleva la Santa Sede desde el principio. El tiempo límite para el primer tribunal es de un año, y para el segundo y tercero de seis meses cada uno. La selección del tribunal corresponde al obispo de la diócesis, de acuerdo con reglas fijas. El desempeño del vicario judicial, los jueces, los asesores y los abogados es vigilado por el obispo y existen reglas para su destitución en caso de cualquier intento de conducta inadecuada. La única diferencia entre los diferentes juicios puede estar en la complicación del caso o en la habilidad del abogado para recabar pruebas, pero hay también abogados de oficio que son igualmente eficientes y que también se preocupan por el bien de su defendido. Los procesos obviamente significan gastos, pero existe una política de patrocinio gratuito para aquellos que no lo pueden pagar. Como verá, todo está planeado para que los riesgos de corrupción o de favoritismo sean mínimos.

Confíe en su Iglesia. A pesar de los muchos rumores que sus muchos enemigos propagan, sigue siendo, por mucho, la institución más confiable que pueda encontrar.

Walter Turnbull

EL OBSERVADOR 562-9

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ESPECIAL
Benedicto XVI

Datos curiosos acerca de la elección de Benedicto XVI
* Ratzinger adoptó el segundo nombre más escogido por los papas. Después de Juan, nombre que han llevado 23 de ellos, Benedicto le sigue en polularidad, ahora con su décimo sexto pontífice llamado de este modo.
* Los «expertos» aseguraban y ultraaseguraban que el Papa adoptaría alguno de estos tres nombres: Juan XXIV, Paulo VII o Juan Pablo III.
* Benedicto XVI no es el primer papa alemán; hubo otro hace más de 900 años: Victor II, que pastoreó a la Iglesia desde el 16 de abril de 1055 hasta el 28 de julio de 1057.
* La elección de Benedicto XVI fue una de las más rápidas de la historia, pues solo requirió de cuatro votaciones y apenas 24 horas.

*********

Resumen del pontificado del papa Benedicto XVI
* Pronunció su primera homilía como obispo de Roma y vicario de Jesucristo el 20 de abril de 2005.
* En su primer año de pontificado ha realizado dos viajes apostólicos: uno fuera de Italia, a Colonia, Alemania, del 18 al 21 de agosto de 2005 para celebrar la XX Jornada Mundial de la Juventud, y otro dentro de Italia, a Bari, el 29 de mayo de 2005.
* Su primera encíclica, «Deus Caritas est» (Dios es amor), apareció el 25 de enero de 2006.
* Fue el responsable de aprobar la «Instrucción sobre los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales antes de su admisión al seminario y a las Órdenes Sagradas», de la Congregación para la Educación Católica.
* Ha firmado varios decretos con los cuales aprueba la beatificación de 31 siervos de Dios, entre ellos los 13 mexicanos que fueron beatificados el 20 de noviembre de 2005.
* Presidió hasta la fecha un total de 16 audiencias generales, en las que culminó las catequesis relativas a los salmos y cánticos bíblicos que aparecen en la Liturgia de las Horas, y comenzó un nuevo ciclo dedicado a explicar la relación entre Cristo y la Iglesia.

*********

¿Fue Joseph Ratzinger un partidario de Hitler?
Los que detestan a Benedicto XVI aseguran que fue nazi. ¿Es verdad? En realidad su situación fue como la que padecieron otros muchos católicos: la de ser esclavizados por Adolfo Hitler. El nazismo se impuso cuando Joseph tenía 12 años, pero ni él ni su familia se dejaron convencer por el dictador. Ratzinger relata estos años en su libro «Mi Vida: Memorias 1927–1977», del que sacamos algunos extractos:
Nací el 16 de abril de 1927. Sábado Santo, en Marktl. Dado que, a los dos años de mi nacimiento, tuvimos que abandonar Marktl, no conservo ningún recuerdo propio del lugar.

Mi padre, antinazi

Cuando Hitler fracasó en su intento de ser elegido a la presidencia del Reich, mi padre y mi madre se sintieron algo más tranquilos, pero no eran demasiado entusiastas. En las reuniones públicas mi padre, que era gendarme, intervenía siempre contra la violencia de los nazis.

La historia nos cayó

A finales de 1932 mi padre decidió que nos trasladáramos, puesto que en Tittmoning se había arriesgado demasiado contra los nazis. Nos instalamos en Aschau, un pueblo campesino.
Pero nos cayó encima la gran historia. Habíamos llegado allí en diciembre de 1932 y ya el 30 de enero de 1933 Hindenburg confió a Hitler el cargo de canciller del Reich; lo que en el lenguaje nazi se llamó «toma del poder», lo fue efectivamente. Se practicó la fuerza del poder desde el primer momento.

Nazismo obligatorio

Fueron implantadas las «Juventudes hitlerianas» y la «Liga de muchachas alemanas», asociadas a la escuela, de tal modo que mi hermano y mi hermana tuvieron que tomar parte en sus manifestaciones.

Sacerdotes en peligro

Mi padre sufría mucho por el hecho de estar al servicio de un poder estatal a cuyos representantes consideraba unos criminales.
En los cuatro años que nosotros pasamos en Aschau el nuevo régimen se dedicó sólo a espiar a los sacerdotes que tenían una conducta «hostil al Reich». Mi padre no sólo no colaboró en ello, sino que protegió a los sacerdotes que que corrían peligro.

Nuestras decisiones

En aquel intervalo de tiempo mi hermano se hizo monaguillo; después, en 1937, cuando entró en el Instituto de Bachillerato de Traunstein y en el seminario del Colegio Arzobispal de allí, yo seguí sus pasos. Mi hermana comenzó a acudir a la Escuela Media Femenina de Au a partir de aquel mismo año. La escuela estaba dirigida por hermanas franciscanas.

Casa propia

En aquel tiempo los gendarmes se jubilaban a la edad de sesenta años. El día 6 de marzo de 1937 llegó el sexagésimo cumpleaños de mi padre. Mis padres habían podido adquirir, a bajo precio, una vieja casa de campo en Traunstein.

Mi vocación

Pocos días después de nuestra llegada a Traunsteín, la escuela abrió sus puertas: empecé entonces en el primer curso del «Bachillerato humanístico», que corresponde actualmente al «Bachiller de lenguas clásicas».
Pero un año después llegó una reforma escolar radicalmente renovadora. Desapareció completamente la enseñanza del griego, el latín quedó considerablemente reducido. Tres años más tarde fue desterrada la asignatura de religión.
En ese tiempo se estaba operando otro decisivo cambio en mi vida.El párroco insistió en que yo entrase en el seminario menor para poder ser introducido de manera sistemática en la vida eclesiástica. Para mi padre, cuya pensión era verdaderamente exigua, se trataba de un gran sacrificio. De todos modos, mi hermana, después de haber superado el examen final de la Escuela Media Científica, había encontrado un puesto de trabajo. Se tomó, pues, la decisión y, por la Pascua de 1939, entré en el seminario.

Difícil adaptación

Pero soy de esa clase de personas que no están hechas para la vida en un internado. Encontrarme metido en una sala de estudio con cerca de sesenta compañeros era para mí una tortura.
Lo que me fastidiaba más era que estaban previstas cada día dos horas de deporte, para lo que yo no estoy especialmente dotado, y además era el más pequeño entre mis compañeros, que eran hasta tres años mayores que yo.

Inicia la guerra

En 1939, con el estallido de la guerra, nuestro seminario fue requisado para hospital militar. Como consecuencia de ello, mi hermano y yo pudimos ir otra vez juntos a la escuela desde nuestra casa. Pero el director encontró unos alojamientos en el Colegio Femenino de las Damas Inglesas.
El año 1940 fue el de los grandes triunfos de Hitler. Mi padre veía con incorruptible claridad que la victoria de Hitler no sería una victoria de Alemania, sino del Anticristo, y que era el comienzo de los tiempos apocalípticos para todos los creyentes. Y no sólo para ellos.

De nuevo en casa

El año 1941 nos llegó la noticia de que Alemania se había lanzado al ataque de la Unión Soviética. Las consecuencias pudieron verse enseguida: interminables columnas de camionetas de auxilio desfilaban con soldados heridos. Se necesitaba todo el espacio posible para organizar hospitales militares. Todas las casas disponibles fueron confiscadas. Los seminaristas debían buscar alojamiento en habitaciones privadas. Mi hermano y yo volvimos esta vez definitivamente a casa.

En el ejército

Mi hermano tenía diecisiete años; yo, catorce. Tal vez a mí me dejaran en paz. Pero estaba claro que mi hermano no podría escaparse. Efectivamente, en el verano de 1942 tuvo que entrar en el llamado «Servicio laboral del Re-ich», donde fue destinado en el Servicio Militar de las Comunicaciones como radiotelegrafista. En el año 1944 le destinaron al frente italiano. Allí fue herido y enviado a Traunstein. Pero, apenas reestablecido, fue nuevamente enviado al frente.
En vista de la creciente carencia de personal militar, los hombres del régimen idearon en 1943 una solución. Dado que los estudiantes de los internados debían vivir juntos en comunidad, lejos de casa, no había ningún obstáculo para trasladar de lugar sus colegios, colocándolos próximos a las baterías antiaéreas.
Yo no estaba en el internado desde hacía mucho tiempo, pero desde el punto de vista jurídico sí formaba parte todavía del seminario de Traunstein. Así, el pequeño grupo de seminaristas de mi clase fue llamado a los servicios antiaéreos de Munich. A los dieciséis años tuve que aceptar un tipo muy particular de «internado». Habitábamos en barracones como los soldados, usábamos los mismos uniformes y debíamos llevar a cabo los mismos servicios, con la sola diferencia que a nosotros se nos permitía asistir a un número reducido de clases.
La mayor parte de nosotros veía como una esperanza la invasión de Francia por parte de los aliados, que había comenzado finalmente en julio.

Insultos por ser católico

Nuestros superiores nos tiranizaban con violencia. Una noche nos sacaron de la cama, medio dormidos. Un oficial de las SS nos llamó uno a uno y trató de inducirnos a enrolarnos como «voluntarios» en el cuerpo de las SS, aprovechándose de nuestro cansancio. Un gran número de camaradas de carácter bondadoso fueron enrolados de este modo en este cuerpo criminal
Junto con algunos otros, yo dije que tenía la intención de ser sacerdote católico. Fuimos cubiertos de escarnio e insultos.

Culto a la azada

A continuación fuimos adiestrados en una especie de culto a la azada y, de este modo, al trabajo como fuerza liberadora. La limpieza de la azada, en la que no podía quedar ni la más mínima motita de polvo, era uno de los elementos esenciales de esta seudoliturgia.

Derrumbamiento nazi

Este mundo de apariencias se resquebrajó de un día para otro cuando, en octubre, la vecina Hungría capituló ante los rusos. Cuando volvíamos cansados a casa, las azadas quedaban llenas de gruesos grumos de barro: nadie nos decía nunca nada; justamente esta caída del objeto de culto al banal instrumento cotidiano nos hizo percibir la consistencia del derrumbamiento que estaba en marcha.

Desertor

El 20 de noviembre nos convocaron a Munich y me detinaron al cuartel de infantería de Traunstein.
La muerte de Hitler reforzó la esperanza que el fin estuviese próximo. A fines de abril o primeros de mayo tomé la decisión de marcharme a casa. Sabía que la ciudad estaba rodeada de soldados que tenían la orden de fusilar en el acto a los desertores. Encontré a dos soldados. Por fortuna, eran de aquellos que estaban hartos de guerra y no querían transformarse en asesinos. Obviamente debían buscar una excusa para dejarme pasar. Debido a una lesión, llevaba el brazo vendado y enlazado al cuello. Entonces dijeron: «Camarada, estás herido. ¡Pasa, pues!». De este modo conseguí llegar a casa incólume.

Mi casa, ocupada

Se alojaron en nuestra casa dos miembros de las SS y nuestra situación se hizo peligrosa. No podían dejar de advertir que yo estaba en la edad militar y, de hecho, empezaron a hacerme preguntas. Era sabido que miembros de las SS habían ahorcado a varios soldados que se habían apartado de su tropa. Por otro lado, mi padre no lograba evitar verter sobre ellos toda su ira hacia Hitler, lo que normalmente hubiera equivalido a una condena a muerte. Pero parecía que un ángel especial velaba por nosotros. Porque ambos desaparecieron al día siguiente, sin ocasionarnos desgracia alguna.

Prisionero

Finalmente entraron los estadounidenses en nuestro pueblo. A pesar de que nuestra casa carecía de confort, la eligieron como su cuartel general. Se me identificó como soldado, tuve que ponerme nuevamente el uniforme, alzar las manos y colocarme entre los prisioneros de guerra que, cada vez más numerosos, fueron acuartelados en nuestro prado.
Marchamos durante tres días hasta Bad Aibling; en un terreno fuimos acuartelados cerca de 50,000 prisioneros. El sustento consistía en un cucharón de sopa y un trozo de pan por día.
Empezaron las excarcelaciones. Al fin llegó también mi turno. El 19 de junio de 1945 tuve que pasar diversos controles hasta que, loco de alegría, me encontré en mis manos con la hoja de libertad. Llegué a mi ciudad antes del ocaso: la Jerusalén celestial no me hubiera parecido más bella en esos momentos.

EL OBSERVADOR 562-10

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ENTREVISTAS
«Al Papa le hace mucha gracia que me llamen pequeño Ratzinger»
Habla el cardenal Antonio Cañizares

Monseñor Antonio Cañizares es uno de los quince cardenales que recibió el birrete cardenalicio el 24 de marzo. El arzobispo de Toledo explica qué implica ser cardenal.

El cardenal es quien derrama la sangre por el Papa. ¿Qué significa esto en el contexto actual?
Ser cardenal se refleja en el color púrpura que entraña dar testimonio junto al Papa de la fe hasta la muerte, si es preciso. Es dar testimonio del Dios vivo y, con Pedro, confesar que Jesucristo es el único salvador, la única esperanza para la humanidad entera.
Entraña vivir con el Papa, siervo de los siervos, en una vida de servicio y entrega plena sin reserva alguna, gastarse y desgastarse por los duros trabajos del Evangelio, perder la vida para que el mundo crea.

Es servir en la comunión, en la unidad inquebrantable con el sucesor de Pedro; es defender la dignidad acerca del hombre maltrecho y pobre para entregarle a Jesucristo.
Es una misión muy hermosa, una gracia poder estar asociado al Santo Padre en su ministerio de confirmar la fe, en su ministerio de solicitud por todas las Iglesias y de amor a todos, con aquel amor del que Benedicto XVI nos ha hablado tan bellamente en su encíclica.

Benedicto XVI sabe que a usted le llaman «el pequeño Ratzinger». ¿Es por la total sintonía con su fe y pensamiento?
Al Papa le hace mucha gracia esta expresión. Creo que se debe al parecido por el pelo blanco y por haber estado antes de obispo secretario de la Comisión Doctrinal en España y a esa sintonía que Dios me ha concedido con el pensamiento del entonces cardenal Ratzinger, sintonía y comunión en la misma fe y en las grandes preocupaciones por el hombre, al que si le falta Dios le falta todo.
También es sintonía y comunión en el gran amor y pasión por la Iglesia, en la búsqueda de la verdad que nos hace libres, una Verdad que nos llega por la Tradición y, por lo mismo, es sintonía en la fidelidad a la Tradición que es la única manera de abrirse al futuro y hacer posible que surja una renovación de la Iglesia y la sociedad.

He aprendido mucho en los años en los que trabajé a su lado como miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Es un don de Dios haber trabajado con él y un don de Dios el sentirme tan hondamente vinculado con Pedro en la figura de Benedicto XVI. Sé que sólo así caminaré en la Iglesia y no daré pasos en vano.

Zenit-El Observador

EL OBSERVADOR 562-11

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PICADURA LETRÍSTICA
Vino la Pascua
Por J. Jesús García y García

Los judíos celebraban la Pascua como símbolo;
los cristianos la celebran como realidad.
ENCICLOPEDIA BARSA

Comenta Joseph Ratzinger, hoy Su Santidad Benedicto XVI: «La claridad y la alegría, que para gran parte de nosotros están unidas al pensamiento de la Pascua, no pueden cambiar nada respecto al hecho de que el contenido profundo de este día sea para nosotros más difícil de comprender que el de la Navidad». Ésta, explica, «nos lleva al mundo de lo conocido: el nacimiento, la infancia, la familia; todo eso es parte de nuestro mundo de experiencias». «Con la Pascua —añade— es distinto: aquí Dios no ha entrado en nuestra vida habitual, sino que, entre sus confines, ha abierto un paso hacia un nuevo espacio más allá de la muerte [...] Nosotros ahora sólo conocemos aquello que está a este lado de la muerte, no podemos relacionar ninguna de nuestras experiencias con esta noticia».

El Cristo, cuyo nacimiento festejamos con merecido entusiasmo, fue inmolado el mismo día de la Pascua judía, en que se sacrificaban los corderos en el templo. De esa forma un antiguo símbolo se hizo realidad: el del paso del Señor. La Redención quedó consumada. Nuestra satisfacción debe ser grande. Es posible que desde los primeros orígenes cristianos hubiese anualmente una celebración específica pascual, que realzara la Pascua semanal celebrada por todos los cristianos cada domingo. Algunos aseguran que antes del año 50 se celebraba una vigilia pascual en fechas distintas en las Iglesias de Roma, Corinto, Asia Menor y Jerusalén. Lo cierto es que desde finales del siglo II, en gran parte gracias a la gestión del papa san Pío I, secundada por san Teófilo, obispo de Cesarea (quienes lucharon por unificar la fecha de esta celebración), la Pascua anual o Pascua de Resurrección o Pascua Florida es la fiesta más importante de nuestra liturgia (festum festorum, la habría de llamar en el siglo V el papa León I el Magno).

Abundando un poquito en lo que ya se dijo en la sección «Resuelve tus dudas» del número próximo pasado de El Observador, podemos puntualizar: ¿por qué no celebramos la Pascua en un día fijo? ¿Por qué ha de ser en día diferente al año anterior, afectando todas las fechas relacionadas: la Cuaresma, la Semana Santa, la Ascensión, Pentecostés, Corpus Christi, etcétera?

Ello fue porque en el Concilio de Nicea de 325 se acordaron, finalmente, estas normas: a) Que la Pascua se celebrase en domingo. b) Que nunca debía coincidir con la Pascua judía, para evitar paralelismos o confusiones entre ambas religiones. Es posible, además, que se hubiera pensado en facilitar la caminata nocturna —aprovechando la claridad de la luna— de los numerosos peregrinos que ya por entonces iban a Tierra Santa. El hecho es que para aquella decisión se adoptó entonces precisamente el calendario lunar, de acuerdo con el cual celebramos la Pascua el domingo siguiente a la primera luna llena posterior al equinoccio vernal o primer día de primavera (aceptado convencionalmente el 21 de marzo, aunque a veces la entrada de esta estación se adelante). En caso de que dicho plenilunio cayese en domingo, se trasladaría la Pascua al domingo siguiente para evitar la coincidencia con la celebración judía.

Tenemos así unos límites muy precisos: nuestra gran fiesta no puede caer antes del 22 de marzo (cayó en esa fecha en 1761 y en 1818, pero ello no volvió a ocurrir en todo el siglo XX ni sucederá en el XXI) ni podrá ser posterior al 25 de abril (la próxima vez que la Pascua caerá en ese día extremo será en el año 2038).

EL OBSERVADOR 562-12

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ELECCIONES 2006: EL PUNTO DE VISTA CATÓLICO
(6 de 9)
Misión socio-política de la Iglesia: fundamentos magisteriales
Por el P. Humberto M. Marsich s.x.

Los fundamentos magisteriales de la misión y enseñanza socio política de la Iglesia los encontramos, propiamente, en ese patrimonio doctrinal que es la doctrina social de la Iglesia y que se define como «el conjunto de principios de reflexión, de criterios de juicio y de directrices de acción que orientan a los cristianos y a los hombres para establecer relaciones más humanas entre personas y grupos, en el campo económico, político y cultural».

Se trata de una doctrina con carácter teórico (los principios), histórico (los juicios) y práctico (las directrices de acción), escrita principalmente por los papas en colaboración con expertos, con obispos y con comunidades cristianas. Cronológicamente empezó a elaborarse desde el pontificado de León XIII, con la encíclica Rerum Novarum (1891), y continúa, hoy, con el pontificado de Benedicto XVI. En ella volvemos a encontrar, en sus raíces más profundas, la enseñanza social revelada en la Sagrada Escritura, los conceptos sociales de los Padres de la Iglesia y las elaboraciones teóricas de los teólogos sociales de todos los tiempos. Sin lugar a duda nos revela el esfuerzo del Magisterio por responder a los desafíos sociales que la historia y la cultura plantean a la fe de la Iglesia permanentemente, con la finalidad explícita de incidir, de modo positivo, en los problemas sociales concretos que se presentan en todos los tiempos.

No es una ideología, ni tampoco un sistema de recetas para solucionar problemas económicos o políticos. Pero sí trata de orientar, a la luz de principios universalmente aceptados y objetivos, toda acción económica y política de los hombres y de las naciones. Por supuesto que la doctrina social de la Iglesia no agota la totalidad de los asuntos sociales, pero sí, con sus principios firmes, ilumina suficientemente a los creyentes y proporciona criterios valiosos y directrices de acción para afrontar y solucionar muchos de los problemas concretos de la vida social sin perjudicar la cosmovisión cristiana y los valores innegociables de la convivencia humana. Esta doctrina social, finalmente, sacudió a la Iglesia para que abrazara a la totalidad de los hombres y se convirtiera, poco a poco, de centro de poder, en centro de servicio a la humanidad entera.

La doctrina social de la Iglesia empezó a elaborarse desde el pontificado de León XIII, con la encíclica Rerum Novarum (1891), y continúa, hoy, con el pontificado de Benedicto XVI. Nos revela el esfuerzo del Magisterio por responder a los desafíos sociales que la historia y la cultura plantean permanentemente a la Iglesia.

EL OBSERVADOR 562-13

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DILEMAS ÉTICOS
¿Por qué os turbáis?
Por Sergio Ibarra

Habían apenas ingerido los últimos bocados de una cena improvisada y melancólica, cuando apareció, ante la mesa, alto y esplendoroso, Jesús. Los miro uno a uno, y con voz cordial los saludó: «La paz sea con vosotros».

Nadie respondió. El estupor pudo más que la alegría, incluso en aquellos que no era la primera vez que volvían a verlo. En sus rostros leyó el Resucitado la duda que en casi todos alentaba, la pregunta que no osaban exteriorizar con palabras: «¿Estás, en verdad, vivo, o eres una sombra que viene a tentarnos de las cavernas de los muertos?».

«¿Por qué os turbáis? —dijo el Resucitado— ¿Por qué alientan dudas vuestros corazones? Mirad mis manos y mis manos y mis pies; Yo soy; tocadme y ved; porque un espíritu no tiene carne y huesos como veis que Yo los tengo».

Y extendió hacia ellos las manos, mostró por una y otra parte las señales todavía sangrientas de los clavos, y se abrió la túnica por el pecho para que vieran la herida en el costado... Era Él con su rostro y su voz y las señales innegables de la crucifixión.

Para deshacer sus últimos titubeos, preguntó Jesús: «¿No tenéis nada que comer?».

Son las palabras y la interpretación de Giovanni Papini en relación a la escena descrita en el Evangelio según san Lucas.

Hoy debería ser el día más especial para nosotros. Más que la misma Navidad. Celebramos la Pascua, el paso de la muerte a la vida, el paso a la amistad con Dios. Hoy es un día de fiesta. Hoy es tiempo para refrendar la fe y hacer a un lado las dudas en nuestros corazones.

EL OBSERVADOR 562-14

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Jesús, verdadero Dios
Por Antonio Maza Pereda
Por esta fecha de Pascua de Resurrección, algunos medios aprovechan para poner en duda la divinidad de Jesús, diciendo que ésta no fue la creencia original de la Iglesia. El año antepasado, un excelente periodista, no católico, hizo un artículo así y yo le envié una larga carta sobre el tema. Hoy me pareció que sería interesante publicar una parte de esa carta. Aquí la tienen.


Estimado Comunicador:

Tengo muy claro que usted no es ni pretende ser un experto en cristología. También tengo claro, y aprecio mucho, que usted es un hombre que busca la verdad y que trata siempre de ser objetivo, cosa rara en los medios. Sobre esa base y sin ser tampoco experto en cristología, quisiera hacerle algunos comentarios sobre su artículo, donde decía que algunos de los primeros cristianos no creyeron en la divinidad de Jesús.

Por un lado, los cristianos creyeron desde el principio en la divinidad de Jesús. Ya los relatos de la ascensión de Jesús dicen que los apóstoles adoraron a Jesús, acto que un judío nunca haría, porque sólo a Dios se le adora. De hecho, la separación de la Iglesia católica y el judaísmo ocurre porque esto de adorar a Jesús no era aceptable para los judíos, era adorar a otro que no fuera el Dios de Israel. San Esteban y todos los primeros mártires se dejaron matar por sostener esa creencia. Los escritos más antiguos de la Iglesia sostienen esta creencia.

Un punto interesante en su artículo es el de señalar que no hubo un dogma de la divinidad de Cristo hasta una fecha relativamente tardía. Ello no es raro. Con frecuencia, se hace una definición de dogma cuando hay un grupo fuerte en la Iglesia que considera que se puede tener otra opinión y seguir siendo católico. Déjeme poner el ejemplo del dogma de la infalibilidad del Papa. Éste se definió tardíamente (concilio Vaticano I); mucho antes los ortodoxos y los protestantes dijeron que no creían en la infalibilidad del Papa, pero buscaron la separación de la Iglesia. Consideraban incompatible no creer en esto y seguir en la Iglesia católica. Hubo múltiples excomuniones, pero no se consideró necesario un dogma, porque nadie consideraba compatible seguir en la Iglesia y no creer en esa doctrina. La Iglesia siempre lo creyó, pero lo definió como dogma hasta el siglo XIX.

Lo que la Iglesia definió como dogma en los siglos II y IV es que Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre. Esto es fundamental para su doctrina. Si Jesús no es verdadero hombre, su resurrección sería una farsa y los humanos no podríamos esperar que nosotros resucitemos. Si Jesús es verdadero hombre, entonces un cuerpo humano resucitó, demostrando que la resurrección es posible. Por lo tanto, los demás hombres podemos tener esperanza de resucitar. Si Jesús no es verdadero Dios, su promesa de resucitarnos a todos no tiene credibilidad, porque sería una mera promesa humana. Y esta posibilidad de la resurrección es fundamental para la fe católica; de ahí la importancia de este dogma.

Espero no haberlo aburrido, y créame que, si le hago estos comentarios, es porque creo en su buena fe y su objetividad. Le aseguro que lo aprecio mucho y le deseo lo mejor.

EL OBSERVADOR 562-15

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COLUMNA ABIERTA
Sábado Santo
Por Walter Turnbull
«Van dos días que sucedieron estas cosas: los jefes de los sacerdotes y los jefes de nuestra nación lo hicieron condenar a muerte y clavar en una cruz. Nosotros esperábamos creyendo que Él era el que ha de libertar a Israel».

Nuestra esperanza ha muerto. Jesús ha muerto. «Dios ha muerto», dicen los profetas de la desgracia malamente llamados filósofos. Lo hemos visto morir en la cruz en la forma más denigrante. Tal vez María, al pie de la cruz, muy adentro de su corazón, abrigara alguna esperanza: «Mi Dios no me puede fallar. Esto tiene que abrigar alguna bendición.» Y Juanito, en actitud solidaria, acompañaba a su querido Maestro y a su venerable Madre en ese momento de derrota. Todos los demás huyeron asustados, tristes, resignados, decepcionados, desesperanzados...

Nuestra esperanza ha muerto. Creímos que iban a terminar las guerras, el terrorismo, la violencia, la corrupción, las injusticias, las crisis, la inmoralidad, el desempleo, la pobreza, la enfermedad... Y van dos días, dos años, dos décadas arrastrando esta carga y nada mejora; si acaso las cosas cambian para peor. Qué habrán sentido los seguidores de Jesús al verlo en manos de sus enemigos y ver que el tiempo pasaba sin que ocurriera un prodigio, al verlo agonizar, al verlo enterrado. Cómo se parecen algunas vidas a la situación de los discípulos en ese momento. Esta vida es un peregrinar entre la muerte y la resurrección. Como los discípulos, vamos andando decepcionados, «con la cara triste».

«Entonces Jesús les dijo: '¡Qué poco entienden ustedes y cuánto les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! El Cristo tenía que padecer para entrar en su gloria'». Cuánto nos cuesta a nosotros creer lo que nos ha anunciado Jesús.

Y María tenía razón. Dios no puede fallar. «Algunas mujeres fueron al sepulcro y volvieron a contarnos que se les habían aparecido unos ángeles que decían que estaba vivo. El sepulcro estaba vacío. El Señor resucitó y se dejó ver por Simón.

Jesús ha resucitado. Toda esta contrariedad abrigaba una bendición. Aunque no podamos verlo y nos cueste trabajo creerlo, como a los discípulos, el Señor ha entrado en su gloria. «Todo poder me ha sido dado en el cielo y en la tierra». «En la casa de mi Padre hay muchas mansiones y voy allá a prepararles un lugar. Si me voy a prepararles un lugar, es que volveré y los llevaré junto a Mí, para que, donde Yo estoy, estén también ustedes». Después del sábado viene la Pascua.

Esperanza es alegrarnos por aquello que aún no podemos ver. Se necesita tener fe contra toda apariencia. Acerquémonos a María. Ella fue quien compartió el sufrimiento y conservó la esperanza hasta el final, y seguramente la primera en recibir la buena noticia. Que su presencia nos contagie su esperanza.

EL OBSERVADOR 562-16

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COMUNICACIÓN
«Pescadores de hombres», una película para despertar la llamada al ministerio sacerdotal
De los obispos de los Estados Unidos, producida por Grassroots Films

Pescadores de hombres, una película de 18 minutos en DVD, cuyo objetivo es suscitar vocaciones sacerdotales, fue presentada recientemente por la Conferencia Episcopal estadounidense.

La película, parte de un proyecto más amplio, «Priestly Life and Vocation Summit: Fishers of Men», se propone renovar el sentido de plenitud de la vocación de los sacerdotes e impulsarles, desde este sentimiento, a animar a otros a emprender el sacerdocio. El proyecto ha sido desarrollado por la Comisión episcopal de Vocaciones.

La cinta, que es producida por Grassroots Films —de NuevaYork—, es un rápido paseo visual por las diversas facetas de la vida de un sacerdote.

En ella varios presbíteros hablan de la importancia que dan a su vocación. Además, se representa cómo un sacerdote puede inspirar una vocación mediante su ayuda a quien necesita del ministerio sacerdotal.

Se pretende que la cinta puedan utilizarla los sacerdotes en debates con quienes están pensando en un futuro sacerdocio.

Quienes ya han visto la filmación no han dudado en elogiarla: «Es un llamamiento a cada hombre a ser un héroe, a prepararse para algo grande», dijo Kevin Kimtis, de Nueva Jersey.

«Es con mucho el mejor video vocacional que he visto en mi vida —reconoció Brandon Macadaeg, de California—. Tocará los corazones y las mentes de muchos en el país».

«Pescadores de hombres va más allá de lo que se podía esperar de una película vocacional —observó Chad Eckles, de Utah—. Esta cinta ha tocado mi corazón y mi alma».

Por su parte, monseñor David Malloy, secretario general de la Conferencia Episcopal, expresó: «Pienso que Pescadores de hombres fue muy conmovedora. Nos recuerda por qué nos hicimos sacerdotes. Me gustaría que mis sobrinos la vieran».

El padre Edward Burns, director ejecutivo del Secretariado Episcopal de Vocaciones, mencionó que «con la salida del DVD Pescadores de hombres, todos los elementos están preparados para el proyecto de cumbre sobre 'Vida Sacerdotal y Vocación'».

Vea el tráiler en la dirección www.usccb.org/vocations

Zenit-El Observador

EL OBSERVADOR 562-17

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FIN

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