El Observador de la Actualidad

EL OBSERVADOR DE LA ACTUALIDAD
24 de junio de 2007 No.624

SUMARIO

bulletPORTADA - El Papa a los jóvenes en Asís: Abran las puertas a Cristo, sin miedo
bulletCARTAS DEL DIRECTOR - Voluntad anticipada
bulletLA VIDA Y LA CULTURA DE LA MUERTE - Esquiroles proabortistas
bulletLOS VALORES DE MÉXICO - Nos quedamos sin sacerdotes
bulletTEMAS DE HOY - La Virgen del Evangelio
bulletFLOR DE HARINA - Intruso y lejano
bulletEN LA ÓPTICA DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA - Los papas reseñados en esta serie
bulletCOMUNICACIÓN - «La Sagrada Familia», laureada productora católica de audiovisuales
bulletENTREVISTA - Guadalupe Comunicaciones y la producción «Vida mía»
bulletORIENTACIÓN FAMILIAR - Creo que deberíamos separarnos

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PORTADA
El Papa a los jóvenes en Asís: Abran las puertas a Cristo, sin miedo

Una gran fiesta tuvo lugar en Asís el pasado domingo 17 del presente junio. Benedicto XVI concluyó su peregrinación a ese lugar con un emotivo encuentro que reunió a más de diez mil jóvenes en la plaza que se encuentra junto a la Basílica de Santa María de los Ángeles. Allí les invitó a abrir de par en par las puertas de su corazón a Cristo.

El papa Benedicto XVI peregrinó a la tumba del fundador de los franciscanos en el octavo centenario de su conversión. Esto fue ocasión para recordar, en su homilía de la Misa correspondiente, que, desde 1986, Juan Pablo II quiso reunir allí a los representantes de las confesiones cristianas y de las diferentes religiones del mundo, para participar en un encuentro de oración por la paz

Después, en sesión con los jóvenes, el Papa respondió a las cuestiones que le plantearon dos muchachos, dejando en varias ocasiones a un lado los papeles.

Uno de los cuestionadores, Marco Giuliani, reconoció ante el Papa: «tenemos mil interrogantes, nos cuesta encontrar respuestas convincentes, y sentimos la tentación de pensar que no existe la verdad, que cada quien tiene su verdad. Obviamente, nos gusta estar alegres, pero también nosotros sentimos, como el Papa, que la pura diversión no nos hace felices. Ayúdenos, Santo Padre, a comprender y hacer nuestra la experiencia de Francisco».

La chica Ilaria Perticoni, a su vez, reconoció: «Santo Padre: Francisco es fascinante, pero no es fácil seguirle, imitarle».

El tiempo en que Francisco estuvo en pecado

Su Santidad respondió explicando que «san Francisco habla a todos, pero sé que ejerce una atracción especial entre ustedes, los jóvenes. Me lo confirma su presencia tan numerosa, así como los interrogantes que me han planteado. Su conversión tuvo lugar cuando se encontraba en plena vitalidad, en la plenitud de sus experiencias, de sus sueños —añadió—. Había pasado 25 años sin haber encontrado el sentido de la vida. Pocos meses antes de morir, recordará ese período como el tiempo en el que estaba en pecado. Por desgracia, no faltan —es más, son muchos, ¡demasiados!— los jóvenes que buscan paisajes mentales fatuos y destructivos en los paraísos artificiales de la droga. ¿Cómo negar que hay muchos chicos, y no solo chicos, que sienten la tentación de seguir de cerca la vida del joven Francisco antes de su conversión? En ese modo de vida se daba el deseo de felicidad que alberga todo corazón humano. Pero, esa vida, ¿podía dar la verdadera alegría? Ciertamente Francisco no la encontró».

Sólo el Infinito pude llenar el corazón

«Ustedes mismos, queridos jóvenes, pueden verificarlo a partir de su experiencia. La verdad es que lo finito puede darles destellos de alegría, pero sólo el Infinito puede llenar el corazón».

Francisco, explicó el Papa, «experimentó en su corazón la voz de Cristo y, ¿qué sucede? Comprende que tiene que ponerse al servicio de los hermanos, sobre todo de los que más sufren... los leprosos. Tocado por la gracia, les abrió su corazón. Y no sólo lo hizo a través de un piadoso gesto de limosna —sería demasiado poco— sino besándoles y sirviéndoles. Él mismo confiesa que lo que antes le resultaba amargo, se convirtió en algo 'dulce para el alma y el cuerpo'. La fuente de su dimensión de hombre de paz, de tolerancia, de diálogo nace de la experiencia de Dios-Amor».

«Ha llegado la hora de que jóvenes como Francisco sepan entrar en una relación personal con Jesús. Ha llegado la hora de concebir la historia de este tercer milenio, que acaba de comenzar, como una historia que tiene más necesidad que nunca de la levadura del Evangelio». «Abran las puertas a Cristo», dijo. «Ábranlas, como hizo Francisco, sin miedo, sin cálculos, sin medida. Sean, queridos jóvenes, mi alegría, como fueron la de Juan Pablo II».

EL OBSERVADOR 624-1

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CARTAS DEL DIRECTOR
Voluntad anticipada
Por Jaime Septién

Con el curioso nombre de «Ley de Voluntad Anticipada» de nueva cuenta el PRD capitalino vuelve a la carga. Tras la «interrupción del embarazo», mediante la cual se quería disfrazar el aborto, ahora, aprovechándose de la mayoría que tienen en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, disfrazan la eutanasia. Aunque, claro, se trata de «eutanasia pasiva» (como si en las leyes se pudieran hacer distinciones: robo en cámara lenta; asesinato periférico, violación asistida…).

La eutanasia es la eutanasia, y punto. Se trata de acelerar el paso del enfermo a la muerte, para que ya no dé lata a sus familiares, a sus amigos, y mucho menos al sistema sanitario local que está muy saturado por gente que tiene derecho a ser curada, que tiene juventud, lozanía y buena percha y capacidad de quejarse en los periódicos porque los chicos de Ebrard no lo atendieron, porque el PRD es más de lo mismo, porque a Chuchita la bolsearon...

Como siempre que una densa capa de asombro ante la estupidez humana alcanza a cubrir mi entendimiento de la «cultura» oficial (que es mucho más oficial que «cultura»), ante la Ley que proponen los perredistas y sus corifeos, he tenido que acudir a Chesterton, ese certero apóstol del sentido común. En La Eugenesia y Otros Males, el gran ensayista inglés acuñó la siguiente frase: «El mundo moderno ha perdido el juicio, no tanto porque acepte lo anormal, cuanto porque no puede restablecer la normalidad».

Es claramente lo que sucede en el DF (y, hay que decirlo todo, en buena parte del país): el gobierno, como no puede (o no quiere) establecer las condiciones para que la vida de todos los gobernados se desarrolle en la normalidad, dedica sus esfuerzos a elaborar leyes que contravengan la normalidad; leyes que hagan sentir que «protegen la dignidad del hombre», pero, en realidad, lo único que protegen es la incapacidad de los propios gobiernos para actuar a favor, justamente, de la dignidad del hombre.

Como han renunciado a las exigencias del cristianismo (la primera de todas: velar por el otro, ser guardián del prójimo, amarlo hasta el extremo), ahora se refugian en el «progresismo que viene de Europa», un pensamiento laico en extremo, donde no cuenta ni el embrión, ni el anciano, ni el enfermo; un segregacionismo donde no hay lugar más que para un tipo de vida: la que el poder considera que es el modelo de vida: la juventud productiva y desenfadada.

Hace unos meses nos dijeron que los matrimonios no deberían definirse por el amor natural hombre-mujer, sino por la conveniencia financiera de «la pareja». Luego, que las mujeres no deberían arriesgarse a tener hijos como Beethoven, pues si no tienen dinero o están indecisas o «el producto» no va a ser feliz, lo deben matar. Ahora, nos llegan con la novedad de que es mejor que los ancianos enfermos hagan lugar a las jóvenes generaciones, es decir, que Juan Pablo II debió de morir a los 75, y que nunca debió ser sucedido por un hombre de 78, como Benedicto XVI. Lo malo es que siempre habrá tipos que les hacen caso.

EL OBSERVADOR 624-2

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LA VIDA Y LA CULTURA DE LA MUERTE
Esquiroles proabortistas
Por Honorio López Alfonso

¿Qué son los esquiroles? Si usted tiene experiencia social de huelgas o si se ha asomado a las luchas sociales, se habrá encontrado con la figura de los esquiroles. Son pseudo-obreros comprados para romper la huelga de los obreros reales. Hacen el más triste y taimado papel contra los intereses de los trabajadores. Se disfrazan de obreros, pero son sólo mercenarios a sueldo y al servicio del capital. ¿Por qué le cuento esta historia? Existe una organización internacional llamada «Mujeres católicas por el derecho a decidir» (el aborto). Fue creada en Estados Unidos en 1973. Sus siglas en español son: CDD. Su credo, en cualquier caso, proviene del laicismo arreligioso, no de las raíces de la fe cristiana. Por largos años su presidenta internacional fue Frances Kissling. El pasado mes de marzo le sucedió el actual presidente, llamado Jon 0'Brien. En México esta organización ya está extendida en 14 estados. Tiene, también entre nosotros, una rama juvenil llamada «Red Nacional Católica de jóvenes por el derecho a decidir» (el aborto). Su actual presidenta es María Consuelo Mejía.

Las madres fundadoras. Según lo ha confesado Frances Kissling, las fundadoras de esta organización estadounidense fueron tres feministas radicales, totalmente ajenas a la Iglesia, que «estaban especialmente sorprendidas por las actitudes de los obispos que comenzaban a trabajar en contra del aborto. Entonces comenzaron a crear este movimiento para ser la voz de las mujeres católicas con relación a los derechos reproductivos». Es decir, desde fuera de la vida católica se decide, en ese año de 1973, crear una organización con nombre «católico» a modo de caballo de Troya dentro de la Iglesia. Así lo termina confesando la presidenta internacional de esta organización. Podemos imaginarnos que, de pronto, desde el PRD o desde el PAN, deciden crear una organización e infiltrarla en el PRI «para ser la voz» de los priistas. ¿Cómo te suena el asunto? Algo así decidieron estas fundadoras, desde fuera de la fe católica, ¡para representar a las mujeres católicas! Pero, ¿para qué esta fundación? Para poder mostrar ante la opinión pública y ante los medios de comunicación un grupo que, llamándose católico, confundiera a los oyentes, lectores y televidentes de tal manera que la Iglesia apareciera dividida. Ése fue su fin y ése continúa siéndolo hoy. O, como lo decían en un desplegado en el New York Times ya en 1986, para hacer ver y hacer creer que, sobre el aborto, «no existe una única posición católica legítima».

Desde el principio han recibido y siguen recibiendo abundantes ayudas económicas de fundaciones proabortistas como la Fundación Ford, Educational Fundation, empresas de anticonceptivos como Sunnen, de Planned Parenthood y hasta algunas donaciones del Playboy. No pocas de estas de estas ayudas expresan su finalidad de manera tan clara como la de la Fundación Gund, que en 1987 les daba dinero para «apoyar el disenso católico en el tema del aborto». O como lo decía la Fundación Clark, en 1985, para «proporcionarles a los ciudadanos católicos una alternativa racional a la doctrina de la Iglesia». Para 1993 la presidenta de «Católicas por el derecho a decidir» (el aborto) ya ganaba setenta y seis mil cuatrocientos dólares y en ese año su organización reportó entradas por más de un millón y medio de dólares.

Pro choice, «por el derecho a decidir». La unión de CDD con la más poderosa y proabortista organización mundial —llamada Planned Parenthood o Paternidad Planificada— se advierte desde el nombre. En 1973 esta organización proabortista encargó a Ruth Lieberman la tarea de crear un lema o eslogan que encubriera el hecho sanguinolento del aborto provocado y a sus partidarios. Ella acuñó la expresión pro choice (pro elección). Por este hallazgo, Planned Parenthood le pagó cincuenta mil dólares. En seguida, su organización subsidiaria «Mujeres católicas por el derecho a decidir» (el aborto) adoptó esta expresión. A partir de entonces, los partidarios del aborto provocado no dicen «soy partidario del aborto», dicen «soy pro-choice» (por la elección, por el derecho a decidir). Y así, los partidarios de la muerte se presentan como los campeones de la libertad. Igual que si usted es partidario de aniquilar a los ancianos inválidos, y se presenta ante la sociedad diciendo que es «partidario de la elección o del derecho a decidir» (la muerte de esos ancianos). En este supuesto, usted llamaría a sus oponentes «anti-elección». Así lo hacen los proabortistas con quienes eligen la defensa de la vida. Ya se sabe que las grandes corrupciones comienzan siempre por la corrupción y manipulación del lenguaje. Aparte del nombre, las primeras oficinas de «Católicas por el derecho a decidir» (el aborto) estaban en el edificio de la mayor organización proabortista del mundo, en Planned Parenthood en Nueva York. La Fundación Noyes aportó las cantidades necesarias para extender este grupo a México y a Uruguay.

El trabajo de espías. Además de sus otras actividades proabortistas, esta organización de «Mujeres católicas por el derecho a decidir» (el aborto) tiene encomendada la tarea de espiar a los grupos católicos. Así se lo encomendó su presidenta internacional Frances Kissling. Les dice textualmente que recojan «información sobre las actividades y el material de las organizaciones «anti-elección» para tomar las medidas oportunas». ¡Un trabajo muy digno de esquiroles a sueldo! Otra de sus últimas encomiendas ha consistido en luchar para que el Vaticano sea expulsado como observador permanente en la ONU. No quieren oponentes. Quieren carro completo de proa-bortistas en las reuniones internacionales. ¡Ya ve usted qué democráticas!

Divide y venderás. Se trata de dividir a la Iglesia o, cuando eso no se logra, de presentarla aparentemente dividida ante la opinión pública con el activo apoyo de «Mujeres católicas por el derecho a decidir» (el aborto) y con otros grupos de nombres parecidos. Lo que importa es que aparezca el apelativo «católica» ante la opinión y ante los medios que les hacen de megáfono. En las campañas proabortistas, los medios dan tanta o más importancia y espacio a este grupo como a la entera Iglesia del país. No importa que su número sea minúsculo. Además tienen medios económicos de las fundaciones proabortistas para invertir en grandes desplegados en la prensa. Así se vio, hace no mucho tiempo, en la campaña proabortista en el Distrito Federal.

¿Qué opino de este grupo? Debo decir que se organizan y trabajan y trabajan. No se parecen a tantos católicos que nos dormimos en inútiles lamentaciones. O nos quedamos a cubierto en alguna garita con los tres escuderos de la flojera: el «no sé», el «no puedo» y el «no tengo tiempo». ¿Hasta cuándo?

EL OBSERVADOR 624-3

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LOS VALORES DE MÉXICO
Nos quedamos sin sacerdotes
Por Antonio Maza Pereda

Bueno, no tanto. Ciertamente, no ha disminuido el número de sacerdotes en México en los últimos 30 años. Tenemos un poco más de trece mil.

En México, contando los seminarios diocesanos y los de las órdenes religiosas, son casi siete mil los seminaristas. O sea, que en México estamos en una situación privilegiada: un seminarista por cada dos sacerdotes, mientras que en el resto del mundo hay poco más de siete sacerdotes por cada seminarista.

De los siete mil seminaristas, suponiendo que la tercera parte se gradúen, y contando que la preparación de un sacerdote se lleva diez años, podemos esperar cada año unos 230 sacerdotes nuevos. Puesto en otros términos, a ese ritmo se tardarán 50 años en renovar a los actuales sacerdotes. Los cuales, en una proporción importante, son ya de edad madura o mayores.

Sí, ciertamente no nos quedaremos sin sacerdotes, pero nuestro futuro próximo es de esperarse que en nuestras parroquias tengamos, tristemente, menos tiempo de nuestros sacerdotes para atender los feligreses.

Es curioso: hay cosas importantes que no atendemos porque no son urgentes. Esta situación de nuestros sacerdotes es un caso así. Si no hacemos nada, el año próximo no notaremos esta falta de sacerdotes; en cinco o diez años esta falta será notoria. ¿Qué hacer? Usted y yo, como seglares, podemos hacer tres cosas:

¨ Rezar. Sólo el Padre, nos puede mandar a nuevos sacerdotes. Él es quien da vocaciones, anima a los seminaristas, los enamora de su Iglesia.

¨ Animar a los muchachos que tienen vocación sacerdotal, sobre todo cuando ésta ocurre dentro de nuestra familia. Muchas veces la mayor oposición a la vocación de un muchacho procede de los padres y hermanos.

¨ Finalmente, hacer todos caso al ya antiguo llamado del concilio Vaticano Segundo para que los seglares nos incorporemos decididamente a la labor de las parroquias, apoyando a nuestros sacerdotes para que con menos sacerdotes podamos hacer más.

¿Se acaban los sacerdotes? No nos quedemos como espectadores. Hay mucho que podemos hacer.

EL OBSERVADOR 624-4

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TEMAS DE HOY
La Virgen del Evangelio
Por el padre Fernando Pascual

Queremos conocer a Cristo: descubrir su riqueza humana y divina, comprender su misión entre nosotros, sentir el Amor misericordioso que encierra su misterio, participar de sus sufrimientos, entrar con Él en la Pascua, recibir su Espíritu, celebrar la Redención en su Iglesia.

Un camino especial

Queremos conocer a Cristo, y tenemos un camino especial, materno, sencillo, asequible para todos: la Virgen María. Ella nos enseña, desde su vida hecha misión, los senderos más fáciles, más directos, para alcanzar a Cristo. Porque siempre nos enseña el Evangelio; porque toda su vida fue, simplemente, un vivir para Dios, un acoger y celebrar la Salvación.

La obediencia

La Virgen del Evangelio nos enseña el camino de la obediencia. Su respuesta al anuncio del ángel es la síntesis del corazón creyente: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). Como ella, cada bautizado necesita abrir su mente y su corazón para acoger siempre la Voluntad de Dios. Una Voluntad presente en su Palabra, en el tesoro de la Revelación. Una Voluntad explicada y conservada, a través de los siglos, por la Iglesia, que es Madre como María por repetir continuamente «hágase en mí según tu palabra».

La gratitud contemplativa

La Virgen del Evangelio nos enseña el camino de la gratitud contemplativa. El canto de agradecimiento que sale del corazón de María al visitar a su prima Isabel (cfr. Lc 1,46-55) desborda una certeza: Dios ha mirado la humildad de su Sierva. Por eso, precisamente por eso, ha bendecido desde el Corazón de la Virgen al mundo entero, ha sido fiel a su Alianza, ha auxiliado a Israel para que, desde el Pueblo de la Promesa, sea iluminado el mundo entero. La gratitud desborda en cada bautizado cuando reconocemos, como la Virgen, que el Poderoso ha hecho cosas grandes en Ella y, gracias a Ella, las sigue haciendo en la historia humana, en la historia personal de cada uno.

La plena confianza

La Virgen del Evangelio nos enseña el camino de la plena confianza en Jesús cuando llegan momentos de dificultad. «Haced lo que Él os diga» (Jn 2,5), dijo cuando faltaba el vino en Caná. «Haced lo que Él os diga», nos repite en las mil aventuras de la vida. También lo dice en los momentos de bendición, cuando experimentamos que el mandamiento de Cristo es dulce, es suave, es seguro, es redentor.

El sufrimiento

La Virgen del Evangelio nos enseña algo que nos cuesta mucho aceptar: el camino del sufrimiento. Junto a la cruz de su Hijo, peregrina entre dolores inmensos, María aprendió que la fe también pasa por momentos de prueba. En palabras del concilio Vaticano II: «La Bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz, en donde, no sin designio divino, se mantuvo de pie (cfr. Jn, 19,25), se condolió vehementemente con su Unigénito y se asoció con corazón maternal a su sacrificio, consintiendo con amor en la inmolación de la víctima engendrada por Ella misma» (Lumen gentium, n. 58).

Con Ella a nuestro lado seremos capaces de sobrellevar cualquier sufrimiento. Porque Ella nos sostiene, nos levanta, nos invita a mirar a Cristo y a unir nuestra pequeña cruz a la que, en el Calvario, se convirtió en fuente de salvación eterna.

La oración

La Virgen del Evangelio nos enseña, de un modo especial, el camino de la oración como Iglesia. Porque Ella estaba junto a los discípulos que oraban, que anhelaban la llegada del Espíritu Santo (cfr. Hch 1,14).

Cuando oramos con la Virgen avanzamos, con certeza, al encuentro con Dios y a la unidad como Iglesia. Quizá hoy, después de tantos siglos de divisiones y de luchas entre bautizados, deberíamos sentir una necesidad profunda de acudir a Ella, de unirnos a su oración, para que el Espíritu de Cristo nos conduzca, nuevamente, por caminos de unidad y de amor.

Todo los bautizados tenemos una Madre que nos acompaña y nos indica el Camino, que nos lleva al encuentro con su Hijo, Jesucristo. Lo hace con su obediencia, con su gratitud, con su confianza, con su sufrimiento, con su oración profunda y eclesial. La necesitamos, profundamente, para que un día escuchemos del Señor que también nosotros hemos llegado a ser parte de su familia: que hemos sido dignos de ser llamados madres y hermanos de Cristo (cfr. Mt 12,47-50).

EL OBSERVADOR 624-5

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FLOR DE HARINA
Intruso y lejano
Por el P. Justo López Melús

La palabra prójimo significa cercano. Pero podíamos decir que el prójimo jamás está cerca de mí. Más bien me resulta distante, lejano, difícil de ver, de aceptar y de soportar. El prójimo es más bien, constata Pronzato, aquél a quien yo logro hacer cercano. Aquél a quien me acerco venciendo resistencias y repugnancias, rompiendo la barrera de los gustos y de los prejuicios. El que ama no elige al prójimo, se hace prójimo, se le hace presente y disponible.

El prójimo, de hecho, me resulta un intruso, además de lejano. Llega en el momento menos oportuno, de improviso. Sin hacerse anunciar y por sorpresa. Sin cumplidos ni buenos modales. Cuando no tenemos tiempo. Complica nuestros programas y todas nuestras previsiones. Pero el amor verdadero no admite esquemas prefabricados ni planificaciones.

Ese es el fallo del sacerdote y del levita de la parábola: no admitían a un prójimo que no estaba previsto en sus programas. En su agenda litúrgica no había una cita con el herido. Pararse trastocaría sus planes. Y se sienten autorizados a pasar de largo. El samaritano, en cambio, modifica el programa de su viaje. Ha intuido que al Señor le gusta caminar disfrazado. «En el momento que no penséis vendrá el Hijo del Hombre» (Mt 24, 44).

El amor al prójimo es la prueba de la autenticidad de nuestro amor a Dios. «No se tiene derecho alguno a cantar gregoriano si no se grita a favor de los judíos», amonestaba Bonhöffer durante las persecuciones nazis, a los que se refugiaban en el recinto sacro de la liturgia. Y quien dice judíos...

EL OBSERVADOR 624-6

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EN LA ÓPTICA DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
Los papas reseñados en esta serie
Por el padre Umberto Marsich, m. x.

Hemos recorrido un tramo de historia de la Iglesia deteniéndonos en lo que ha sido la doctrina social del Magisterio, desde la encíclica Rerum Novarum del Papa social León XIII hasta la Pacem in Terris del inolvidable y muy querido «papa bueno» Juan XXIII. Un itinerario que nos ha acercado a cada uno de los Pontífices que el Espíritu Santo ha donado a la Iglesia, desde finales del siglo XIX hasta los años sesenta del siglo pasado. El descubrimiento de la diversidad de cada uno de ellos, por lo que se refiere a la percepción de los problemas, al carácter, a la personalidad y a la conciencia de Iglesia que los inspiraba, nos ha permitido apreciarlos y también valorarlos con benigno sentido crítico. Es humano errar y es de todos tener límites; sin embargo, en todos hemos constatado la presencia del Espíritu, exactamente como nos enseña san Pablo en su famoso texto a los Corintios (12, 12-31): unidos en el Espíritu y diversos en los dones y carismas. De la impetuosidad verbal de León XIII a la obsesiva enseñanza de Pío X; de la tensa preocupación por la paz de Benedicto XV a la defensa firme y audaz de la Iglesia en el mundo, de parte de Pío XI; de la culta majestuosidad magisterial de Pío XII a la simple pero incisiva y esperanzadora doctrina de Juan XXIII.

Ha sido un placer darnos cuenta de la evolución en las actitudes de los papas y de la Iglesia por ellos representada, acerca de los problemas reales y difíciles que iban surgiendo a lo largo de la historia. En todos hemos apreciado un gran afán por suavizar los problemas, sanar las heridas, promover la unidad, fomentar la paz y difundir esperanza. En todos hemos encontrado caridad y capacidad de amar. En todos se realizaba lo que el gran Papa Juan Pablo II decía, que «sólo la caridad puede cambiar completamente al hombre» (Dives in Misericordia, 14). Semejante cambio no significa, desde luego, anulación de la dimensión terrena en una espiritualidad desencarnada.

Los papas nos han enseñado que una caridad sin práctica de la justicia y sin obras es engañosa, pero también que las obras de caridad y de justicia, sin referencia a Dios, son ineficaces. Conscientes de que para plasmar una sociedad más humana y más digna de la persona era necesario revalorizar el amor en la vida social, a nivel político, económico y cultural, han hecho todo lo posible para predicarlo y para vivirlo.

Los cristianos todos y la humanidad entera, frente al inmenso patrimonio doctrinal que nos han dejado y a los ejemplos que nos han dado, debemos sentirnos alentados para vivir con coherencia lo que nos han enseñado y quedar eternamente agradecidos.

Bibliografía general de la serie

Enchiridion delle Encicliche, EDB, Bologna.
Elio Guerriero-Annibale Zambarbieri (a cura di), Storia Della Chiesa, Edizioni Paoline.
Battista Mondin, Dizionario enciclopedico dei Papi, Cittá Nuova, Roma 1995.
Battista Mondin, Dizionario enciclopedico di filosofia, teologia e morale, Massimo,Milano 1994.
Eugenio Alburquerque, Moral Social cristiana, San Pablo, Madrid 2006.
Humberto Mauro Marsich, Estudio de enseñanza social cristiana, I, Imdosoc, México 1997.
Pontificio Consejo Justicia y Paz, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, CEM, México 2005.
J.M. Oses, Misión liberadora de la Iglesia, Imdosoc, México 1985.
Patrick de Laubier, El pensamiento social de la Iglesia, Imdosoc, México 1986.
G. Jarlot, La Iglesia ante el progreso social y político, Paulinas, Barcelona 1967.
R. Auber, La Iglesia en el mundo moderno, Cristiandad, Madrid 1977.
CELAM, Fe cristiana y compromiso social, Bogotá 1977.
AA.VV., Nueve grandes mensajes, BAC, Madrid 1986.
Congregación para la Educación Católica, «Orientaciones para el estudio y enseñanza de la doctrina social de la Iglesia en la formación de los sacerdotes», Roma 1988.

EL OBSERVADOR 624-7

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COMUNICACIÓN
«La Sagrada Familia», laureada productora católica de audiovisuales
Por fray Gilberto Hernández García, OFM

Por tercer año consecutivo el centro católico de producción audiovisual «La Sagrada Familia», de Querétaro, ha sido premiado en el Festival Internacional de Cine Católico de Polonia «Niepokalanow». Ahora, en la versión XXII de este certamen, el centro de producción católico, encabezado por el licenciado Fernando Pérez Valdez, recibió el Premio Especial otorgado por los frailes franciscanos por un video documental que narra la vida de fray Bartolomé Laurel, O.F.M., primer mártir beatificado de la Provincia Franciscana de San Pedro y San Pablo de Michoacán, quien realizó labor misionera en Japón, murió en la hoguera en Nagasaki y fue beatificado por el papa Pio IX.

Ésta es la primera ocasión que una película mexicana recibe el Premio Especial —un galardón fuera de concurso—, que otorgan los frailes franciscanos del Monasterio de Niepokalanow. En la edición número XXII del Festival Internacional de Cine Católico de Polonia, realizado del 23 al 27 de mayo en Niepokalanow, se inscribieron 141 películas de Australia, Bielorusia, República Checa, Francia, Hong Kong, India, Canadá, México, Polonia, Rusia, Sudáfrica, Eslovaquia, Ucrania, Estados Unidos, Croacia e Italia. De ellas, sólo 45 fueron seleccionadas por el jurado para la final del festival, siendo la película mexicana la única del continente americano en lograr esta distinción.

Anteriormente «La Sagrada Familia» ha obtenido dos segundos lugares en las ediciones 2005 y 2006 del Festival Internacional de Cine Católico de Polonia y una mención honorífica del jurado en el Segundo Festival de Cine Católico de Bielorrusia «Magnificat 2006», con sendos videos sobre Nuestra Señora del Pueblito y la vida de San Francisco de Asís en dibujos para niños. El premio obtenido consiste en una estatuilla en bronce de San Maximiliano Kolbe, mártir franciscano polaco quien fundó el monasterio de Niepokalanow —considerado el monasterio franciscano más grande del mundo—, muy cerca de Varsovia.

El Festival Internacional de Cine Católico de Polonia se celebra cada año desde 1987 en el monasterio Franciscano de Niepokalanow y en él participan películas católicas de todo el mundo. La intención del Festival es mostrar y premiar películas que exalten la verdad, la justicia y la paz.

El Centro Católico de Producción Audiovisual «La Sagrada Familia» es una organización amateur independiente no lucrativa con sede en Querétaro, dedicada a promover la fe católica a través de material educativo, inspiracional y de entretenimiento, mediante los modernos medios de comunicación. Cabe señalar que el video sobre Fray Bartolomé Laurel ha sido designado por el Jurado para participar como selección oficial del Tercer Festival Internacional de Cine Católico de Bielorrusia «Magnificat 2007» que se desarrollará a finales de junio en Minsk.

Sus producciones pueden verse a través de la internet en www.lasagradafamilia.org.mx, o bien en www.ofmmichoacan.org 

EL OBSERVADOR 624-8

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ENTREVISTA
Guadalupe Comunicaciones y la producción «Vida mía»
«Esta serie es un reflejo de la vida de los jóvenes mexicanos, una alternativa ante tanta oscuridad en los medios de comunicación»
Por María Velázquez Dorantes

Guadalupe Comunicaciones es un proyecto que responde a un llamado: la evangelización a través de documentales, series y programas para televisión, y que se encuentra en comunión con toda la Iglesia.

La dirección general y producción ejecutiva de Guadalupe Comunicaciones se encuentra en manos de José Antonio Takano Yamashiro, de origen peruano, pero que ha radicado en los últimos años en México.

Para José Antonio, Guadalupe Comunicaciones significa un proyecto en donde puede desplegar y desarrollar sus capacidades, sus dones y su sensibilidad, y que, por vocación, contribuye con la gran misión apostólica de la Iglesia católica.

También ha sido miembro del Movimiento de Vida Cristiana (movimiento eclesial con aprobación pontificia) y de las misiones universitarias en provincias del Perú. Actualmente se encuentra trabajando en la serie de producción Vida mía, en México.

Vida mía es uno de los proyectos de mayor carga subjetiva, espiritual y emocional que se encuentran dentro del gran trabajo de lo que es Guadalupe Comunicaciones.

El proyecto nació en León, Guanajuato, y está centrado en un reflejo de lo que actualmente es la juventud, junto con sus emociones, problemáticas, dudas, esperanzas y sensaciones. Una serie que no tiene una máscara para borrar las cosas por la que un joven atraviesa.

Después de la frase «vivieron felices para siempre», inicia la verdadera tarea, es decir, la narración de una historia que significa «el primer día del resto de su vida».

En entrevista para El Observador de la Actualidad, el director general José Antonio Takano Yamashiro indicó lo que simboliza y representa el plan Vida mía:

¿Cuál es la idea original de esta serie llamada «Vida mía»?

Desarrollar la vida de Camila y su entorno. Su mamá optó por no recibir el tratamiento para una enfermedad que le detectaron cuando tenía a Camila en su vientre. A los pocos años su mamá muere. Camila crece junto con su padre y su nana. Ella afronta el reto de protagonizar su propia vida y tomar las mejores decisiones. No siempre lo hace, pero sí refleja el buscar hacerlo. Junto a sus amigos de preparatoria, irán pasando por una serie de situaciones que nos permiten desarrollar la vida de los chavos y chavas. «Vida mía», un reflejo de la vida de los jóvenes mexicanos. Esperamos que, desde nuestros dones, podamos ofrecer una alternativa sugerente, entretenida y a la vez de luces ante tanta oscuridad en los medios de comunicación. Ésta es nuestra apuesta.

¿Es una especie de telenovela?

La primera temporada la hemos hecho como novela para remarcar el perfil de cada personaje y la segunda temporada queremos ver capítulos más cerrados, con los mismos personajes, pero con temas más específicos.

¿A quién va dirigida y cuál es el mensaje principal?

Es una serie para jóvenes. La idea principal es el desarrollo de la vida de los jóvenes, caracterizados en los personajes, que van descubriendo qué pasos tienen que dar, uno a la vez, para madurar en su vida.

Se anuncia como la primera serie: ¿habrá más?

Sí, de hecho ya estamos en los preparativos de los dos primeros capítulos de la segunda temporada.

Es una serie que pretende mostrar la realidad y sus consecuencias; los vacíos que experimentan los jóvenes, junto con aquellas derrotas que los llevan muchas veces a declinar de sus sueños. Se trata de una producción de 99 capítulos, cada uno con una duración de 30 minutos.


En la búsqueda incesante por la identificación no sólo con los jóvenes, sino con todos aquellos que forman parte de su entorno: familia, amigos, sociedad, esta producción dentro del género de series mueve a la reflexión sobre los valores.

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¿Es posible evangelizar a través de la televisión?
Habla José Antonio Takano Yamashiro

¿Cuáles son los retos que enfrenta un comunicador religioso, especialmente católico, para informar y defender su fe?

Lo fundamental es la santidad personal, el encuentro personal y cotidiano con el dulce Señor Jesús, hijo de Santa María, porque nadie da lo que no tiene, y en nuestro caso nadie puede transmitir aquello que no conoce ni ama.

Como católico comunicador descubroque es de suma importancia la formación integral y permanente para ser crítico y, en comunión con el Magisterio de la Iglesia, tener una visión correcta de la realidad.


Los retos son múltiples: la cultura de muerte se manifiesta de muchas formas, los ataques frontales a la Iglesia católica en general son cada vez mayores; pero un gran número de católicos comunicadores despliega un importante esfuerzo para hacerle frente, llegando de esta manera a los medios de comunicación como la radio, la televisión, la prensa escrita, etc.

¿Es posible evangelizar a través de una televisora católica?

Sí es posible. La televisión es un medio que puede llegar a muchas personas, y, aprovechando esta realidad, el televidente puede recibir un mensaje de esperanza que le ayude a entenderse a sí mismo, mejorar su relación con los demás y profundizar su comunicación con Dios. Y, además, las televisoras católicas se convierten en un medio privilegiado, en un agente evangelizador para aquellas personas que se encuentran aisladas por discapacidad, enfermedad o que viven en zonas muy alejadas.

¿Cuáles son las labores más exigentes del comunicador para realizar trabajos de contenido religioso?

La exigencia está en que tenemos el «mejor mensaje» que transmitir. En este sentido, el fondo y las formas son muy importantes, para que el mensaje llegue a la mente, toque el corazón y genere la acción positiva de quien lo recibe.

La puesta en escena tiene que estar a la altura del mensaje, de lo escrito inicialmente, desarrollándolo de manera creativa, moderna, sobria, inteligente, utilizando la tecnología que tenemos a nuestro alcance y adecuándola al tiempo que nos ha tocado vivir.


Y, finalmente, considero que cada proceso debe estar impregnado de la opción fundamental a la que me refiero al inicio de esta entrevista. No podemos ser incoherentes, es decir, hablar una cosa en palabras y mostrar en video otras que nos contradigan y vayan en contra de la fe que profesamos.

¿Considera que existe la necesidad de informar sobre la Iglesia?

Definitivamente, sí. La iglesia es cada vez más mal interpretada y difamada. Muchas personas no conocen verdaderamente lo que ella representa en el mundo: la presencia viva y real de Jesucristo en la Eucaristía; ella es la depositaria de la fe. Por esto, parte de nuestra misión como comunicadores católicos es mostrar a la verdadera Iglesia y no sólo los escándalos que se den por los errores o faltas que puedan llegar a cometer algunos representantes de ella. Nunca debemos olvidar que la Iglesia es, en su esencia, santa, como es Santo su fundador Jesucristo; y es, a la vez, pecadora por los hombres que la conformamos. M.V. D.

EL OBSERVADOR 624-9

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ORIENTACIÓN FAMILIAR
Creo que deberíamos separarnos
Por Yusi Cervantes Leyzaola

PREGUNTA

Tengo en mi vida un problema, y la verdad no he recurrido antes a un psicólogo, pero me pongo a pensar que requiero de ayuda profesional. De pronto mi camino lo veo un poco sin sentido... le perdí sentido a muchas cosas, como practicar deporte, pasear, divertirme como antes. Creo que no se qué hacer, la cuestión es que... bueno, soy casado, y desde un primer momento siempre hubo problemas con mi esposa. Ahora y después de varios años de matrimonio hemos charlado respecto a que deberíamos separarnos y, para ser honesto, soy yo quien más lo desea, pues ella trata de luchar para poder salvar nuestro matrimonio, pero yo siento que no la amo. Sí me preocupo por ella pues no me agrada que le pase algo malo e inclusive me molesto si alguien le hace sentir mal. Aun así, siento yo que ya dimos cada uno de lo nuestro por todo ese tiempo, y desde antes siempre hubo algo para no estar bien; creo que, lo siento así, no debí haberme casado con ella. Me siento mal porque, la verdad, me duele mucho el que sufra ella. Tenemos tres hijos y es por ellos que no logro alejarme completamente. Luego, de repente, volvemos a charlar sobre lo nuestro y terminamos mal. Nos exaltamos. Han existido momentos en los cuales hemos charlado bien sobre la separación, pero no, creo que me falta valor para retirarme. En mi vida, ahora, para ser honesto, existe otra persona a la que, según yo, amo. Y pues ella se enteró de mi relación con esta otra persona y el problema se ha creado mayor. Yo no quiero vivir una mentira más. Sé que, como se me dice, estoy cometiendo inclusive un pecado, porque con esta nueva chica no podré casarme y aplicar votos matrimoniales. Pero, ¿por dónde giro mi vida?. Bueno, eso es parte de lo que ocurre en mí. Quiero vivir feliz, busco eso y sé que sólo tengo una oportunidad de vida.


RESPUESTA

Es cierto, sólo tiene una oportunidad de vida, y es muy importarte vivirla bien. Con verdad, lealtad, amor, respeto, honestidad... ¿Cree poder ser auténticamente feliz haciendo daño a quienes se supone que debe cuidar y proteger?

¿Siente que no ama a su esposa? Pues comience a amarla. El amor no es un sentimiento que aparece o desaparece por arte de magia. El amor es un compromiso y una decisión. Usted prometió amar y respetar a su esposa cada día de su vida, y no es válido que ahora, varios años y varios hijos después, diga que se equivocó.

No dice cuáles son las causas de sus conflictos. Por supuesto que siempre hay algo para no estar bien. El matrimonio no se trata de un camino sin dificultades, sino de un esposo y una esposa que, juntos, sortean esas dificultades. La vida, las relaciones humanas y, por supuesto, el matrimonio y la familia, enfrentan problemas cada día. La felicidad no está en huir de los problemas, sino en vivir con plenitud y congruencia nuestra vida, en ser quienes verdaderamente somos, de acuerdo con el plan de Dios, y en amar a los demás, comenzando por aquellos a quienes tenemos en casa. Ahora que, si verdaderamente las dificultades fueran graves y el mal menor fuera la separación, la Iglesia considera esa posibilidad, y habría que plantear el caso ante el tribunal eclesiástico. Hay que tomar en cuenta que la separación no anula el vínculo matrimonial, por lo tanto, ninguno de los dos podría volver a casarse.

Sin embargo, en el caso de ustedes, hasta donde podemos suponer por su relato, el de la separación no es el camino adecuado.

Dice bien cuando habla de buscar ayuda profesional. Sería muy bueno para ustedes y sus hijos que buscaran una buena terapia de pareja en la que pongan ambos todo de su parte. También sería muy bueno que vivieran un retiro para matrimonios; hay varios movimientos de la Iglesia dedicados a esta labor. Muy importante también es acudir a la dirección espiritual de un sacerdote.

Respecto a la relación que tiene fuera de matrimonio, entiendo que tenga dudas y diga «creo que la amo». No está seguro porque los sentimientos que tiene hacia esa persona no son de verdadero amor. Si ella lo amara, se alejaría de usted por respeto a su vínculo matrimonial y para no ponerlo en esta situación difícil que le hace daño a usted y a su familia. Si usted la amara se alejaría de ella porque no puede ofrecerle lo que merece: un hombre libre, capaz de comprometerse plenamente con ella y de tener con ella proyectos de vida. Le aconsejo terminar cuanto antes con esa relación. Además de porque es deshonesta, esta relación le impide ver con claridad y luchar como se debe por su matrimonio y su familia. Deje de vivir en la mentira. Viva en la verdad y en el gozo de los hijos de Dios.

EL OBSERVADOR 624-10

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FIN

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